Han pasado ya 10 años desde que J.J. Abrams estrenara ‘Super 8’, creando un verdadero revival de la misma nostalgia de los 80 y el ambiente de pequeño pueblo americano que acabaría definiendo la cultura de los 2010, con ejemplos supermillonarios como la primera ‘It’ (2017), que cambió la década de los 50 para subirse a la ola neón, y por supuesto el fenómeno que ha dado consistencia a Netflix, la popular serie de terror juvenil ‘Stranger Things’ (2016-).
Desde entonces, Abrams se ha dedicado casi exclusivamente a ‘Star Trek’ y ‘Star Wars’, pero en 2011 parecía que tendría una carrera más allá de los blockbusters de franquicia, y aunque finalmente no siguió ese camino, ‘Super 8’ sigue siendo una mirada muy valiosa a la forma de contar historias originales del director, y un homenaje al tipo de cine con el que creció. De hecho la forma de afrontar el fantástico del largometraje mantiene el sello terrestre que tendrán las producciones Bad Robot de cine y televisión, de ‘Calle Cloverfield 10’ a ‘Castle Rock’.
La reválida de Ambrams en el cine
‘Super 8’ tenía a un grupo de preadolescentes rodando su propia película usando una cámara Super 8 justo cuando un tren descarrila a su lado, liberando algo misterioso y siniestro en su ciudad. Rápidamente, las sensaciones de la película llevaban a las producciones de Amblin, incluidas películas de aventuras de los 80 como ’Los Goonies’ o ‘E.T’ algo con lógica mirando cómo la carrera de Abrams se ha ido construyendo en los mismos marcos comerciales que la de Steven Spielberg.
El estilo Abrams toca los temas nostálgicos de producciones ochenteras protagonizadas por chavales, pero modernizando el aspecto final con una mirada panorámica de gran cine, muy influenciado también por la sensibilidad visual del Spielberg de la etapa siglo XXI y sus inmersiones en la ciencia ficción con películas como ‘La guerra de los mundos’ (War of the Worlds, 2005). No es de extrañar, porque lo cierto es que es tanto un tributo como una película producida por el propio Spielberg.
Es decir, ‘Super 8’ no es tanto un conjunto de guiños sin más, sino que forma parte del canon Amblin, y fue abordado como si fuera una película perdida u olvidada del catálogo de la productora. En realidad, más que a películas del propio Spielberg recuerda a propuestas de Joe Dante como ‘Exploradores’ (Explorers, 1985), aunque el director también hizo para Amblin ‘Gremlins’ (1984), que aquí tiene también sus guiños, como la presencia del actor Glynn Turman, otro desafortunado profesor en aquel filme.
Los orígenes del revival 80s
La idea de un grupo de chavales enfrentados a un monstruo o algo salido del mundo del terror no es original, perfeccionado por hitos como ‘La puerta‘ (1988) o ‘Una pandilla alucinante‘ (1987) pero sí era un planteamiento olvidado en los años 2000, cinco años antes que Abrams, nuestro director Paco Plaza se sacó de la manga su adaptación particular de este mismo concepto con ‘Cuento de Navidad’ (2006), una de las ‘Películas para no dormir’ que produjo Chicho Ibáñez Serrador en esa década, y curiosamente empezaba con los niños ochenteros viendo una película de serie Z sobre zombies.
No es raro que haya una película de ese género en ambas películas de revival, pero permítanme que encuentre la coincidencia sospechosa cuando los chicos de Abrams se encuentran rodando una película de muertos vivientes sin presupuesto en su pequeña ciudad de Ohio durante el verano de 1979, que será proyectada con el mismo efecto cómico no en la escena inicial, sino en los créditos finales. No es descabellado imaginar que la película de Plaza fuera tenida en cuenta, pues tuvo buena distribución en Estados Unidos, donde fue tratada con más honores que en España por la compañía Lionsgate.
La semilla de la idea tiene un punto emocional para su creador, ya que Abrams, y otros miembros de la producción comenzaron a hacer sus pinitos con las cámaras Super 8 de sus padres en las décadas de 1970 y 1980, incluso algunos de ellos trabajaron juntos cuando eran niños, por lo que no es extraño que haya tantas pautas sacadas directamente de los grandes pepinos de taquilla de Spielberg, una voz omnipresente en la mezcla de las ansiedades del cambio de edad, el primer amor, las familias rotas y la maravilla y el terror de lo que acecha en el cielo.
La mano del «Rey midas»
Spielberg tuvo muchas reuniones, discutió la forma de la historia, asegurándose de que fuera una verdadera película de Amblin, apostando por un grupo de personajes fuerte frente a algo sobrenatural de otro mundo. También pasaba por la sala de montaje para asesorar y dar ideas, sabiendo el momento preciso en el que algo realmente funcionaba o proponer soluciones e ideas para hacer que lo hiciera cuando había algún problema. También hizo su visita al set, dejando que J.J. dirigiera sin obstáculos pero dando un par de ideas que fueron implementadas.
Su marca tuvo también impacto en el proceso de promoción del film, que fue uno de los primeros éxitos virales en la época de las redes sociales, mostrando un clip en el que el gobierno de los EE. UU. transportaba algo en un tren desde el Área 51 en medio de la noche y hay un accidente –hola ‘Ejército de los muertos’–, lo que dio al proyecto un manto de misterio que llevó a los fanáticos a un frenesí de especulación que logró que la campaña de marketing funcionara tan bien como la de ‘Cloverfield’ (2008), también producida por Abrams, lo que llevó a que se teorizara sobre si ‘Super 8’ era una secuela del film de Matt Reeves.
No iban desencaminados del todo, puesto que la marca Cloverfield bien pudo convertirse en el macrouniverso compartido de Bad Robot, y daba bastante el pego en espíritu con el resto de entregas oficiales, aunque por algún motivo muchos proyectos ligados a ese mundo acabaron volando libres. Quizá se echaron atrás por la presencia de púberes en el reparto, con una panda formada Joe Lamb (Joel Courtney), Charles Kaznyk (Riley Griffiths), Martin Read (Gabriel Basso), Cary McCarthy (Ryan Lee), Preston Scott (Zach Mills) y Alice Dainard (Elle Fanning).
El corazón son los personajes
La película de zombies los créditos finales, ‘The Case’ fue escrita y dirigida casi en su totalidad por el reparto, aunque tuvieron la ayuda de la banda sonora de Michael Giacchino, que completa la ilusión de mala iluminación y montaje torpe con un tema igualmente descabellado, alejado del sonido dulce y lento de los temas más melancólicos de una banda sonora tan nostálgica como emocionante, cubriendo la sensación de pérdida del protagonista con una carga sentimental que llega a sacar la lagrimita.
Quizá por eso la película sigue dejando un poso especial, combinando bien los momentos de terror con la sensación de “verano azul” y apoyado en personajes con corazón que responden a estereotipos que vamos a encontrar en los facsímiles posteriores (El protagonista afectado, el gordito ocurrente, el freaki y la chica), por cierto con una colección de caras que no ha trascendido demasiado, salvo Elle Fanning, que pasó de ser aquí la hermana pequeña de Dakota a toda una estrella.
‘Super 8’ se estrenó en los cines el 10 de junio de 2011 con reacciones positivas de la crítica y el público (tiene un 81% en Rotten Tomatoes) y también fue un éxito modesto en la taquilla mundial, recaudando algo más de 260 millones de dólares frente a un presupuesto modesto (para lo que consideramos un blockbuster) de 50. Pero ese éxito limitado no se tradujo en una marca demasiado recordada y poca gente se refiere hoy a esa nostalgia ochentera como “esto es muy Super 8”.
De Lillian a Hawkins pasando por Derry
Cinco años después del debut de ‘Super 8’, Netflix cambió el panorama de la cultura pop con ‘Stranger Things’ que rescataba la idea idílica de la era de los 80, cogiendo la misma ola de renacimiento retro, que tomaron las dos películas de de ‘IT’ de Andy Musichetti, la temporada 9 de ‘American Horror Story’ o la más reciente secuela de Wonder Woman. A muchos la jugada de Netflix les pareció algo así como ‘Super 8: la Serie’ y no hay duda de que los Duffer Brothers o Muschietti la vieron, ya se pueden encontrar muchas similitudes en arquetipos, tono, música.
While waiting for ST S4, I watched Super 8 (2011) again over the weekend, and here are some of the similarities between the two. #StrangerThings #StrangerThings4 https://t.co/xh8WeOaZ0w pic.twitter.com/0kTslVGNYW
— what do i put here 😶 (@WhyAmILikeThi_s) February 24, 2020
Puede que ‘Super 8’ no llegara a convencer del todo por su poco valiente tramo final, inspirado primero en la propia novela de ‘It’ y esas cuevas subterráneas donde el monstruo espacial guarda a sus víctimas –que la Beverly sea “capturada” por el ser es una idea que no viene en la novela de Stephen King, sino que llama directamente al secuestro de Alice–, para luego pasar forzadamente a un clímax sentimental de programa de liberación animal que no calibra bien la dosis de melaza, chirriando con la idea de película de criatura anterior para hipotecarlo por un obligada fotocopia a E.T.
Un pecadillo menor que no hace menos emocionante y válido el resto del metraje, pero puede que ese sea el factor por el que no acabó de prender en la cultura pop como sus sucesoras, cuyo reparto ha causado sensación y sigue expandiéndose en infinidad de proyectos. Con todo, ‘Super 8’ sigue funcionando igual que hace una década, pero su efeméride nos recuerda que llevamos muchos años subidos encima de bicicletas bajo las luces de neón y los sintetizadores y tal vez va siendo el momento de dejarlas aparcadas durante un tiempo razonable.
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