YouTube afirma que eliminará los vídeos de supremacismo racial, de género o religioso, y pronazi o negacionistas del Holocausto

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YouTube ha anunciado cambios en sus políticas contra el discurso del odio en la plataforma, con tres pilares básicos. En primer lugar, eliminarán el odio y el supremacismo mediante la prohibición específica de vídeos de supremacismo racial que justifique discriminación, segregación o exclusión. En segundo lugar, tratará de reducir los bulos a la vez que impulsará contenidos de fuentes autorizadas (como hicieron en el caso de Capitana Marvel y otros). Por último, la compañía afirma que hará cumplir las políticas de monetización, es decir, que si los creadores las infringen constantemente, serán suspendido del programa de partners que les habilita a ganar dinero.

En un comunicado que la compañía nos ha remitido presume de todos los esuferzos que ha hecho para limitar la visibilidad y propagación del discurso del odio, algo que, por todos los casos que han seguido apareciendo, no han podido lograr del todo o en gran medida. Y decimos esto porque el tamaño de YouTube es tan vasto que incluso una victoria en esta arena puede ser insuficiente.

La compañía presume, por ejemplo, de que limitar las recomendaciones de vídeos de supremacía redujo las visitas a estos en un 80%. Es algo celebrable, pero el problema es que el 20% restante sigue siendo una cifra gigantesca.

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Nuevas políticas para eliminar el odio y el supremacismo y luchar contra los bulos

Youtube Mal

Youtube Mal

YouTube afirma querer ir más allá de simplemente dejar de recomendar los vídeos, y como decíamos al comienzo, ahora prohíbe «específicamente los videos que afirman que un grupo racial es superior a otro para justificar la discriminación, segregación o exclusión, basada en cualidades como edad, género, raza, casta, religión, orientación sexual o condición de veteranía«. Como ejemplos, citan a vídeos pronazi, que reconocen inherentemente discriminatoria, así como otros negacionistas del Holocausto o del tiroteo en la Escuela Primaria de Sandy Hook.

Pese a estas nuevas políticas, YouTube reconoce que algunos de estos contenidos tienen sentido para investigadores y ONGs que estudian el odio para luchar contra él, por lo que están viendo cómo ponerlo a su disposición. Por otra parte, reconocen que para la eliminación tendrá que tenerse en cuenta el contexto, lo que podría llevar a que algunos vídeos se mantuvieran por el debate que generan.

Otro de los objetivos que YouTube dice haberse marcado es luchar contra la desinformación, tan importante políticamente en su país de origen y tantos otros. Como decíamos, reforzar canales informativos de confianza (como The Hollywood Reporter o WIRED) en lugar de aquellos que atacaban a contenidos como los de Brie Larson o Capitana Marvel ha sido uno de los grandes ejemplos del comienzo de estas políticas. Gracias a ellas, presumen de que las visitas a los vídeos que de otra forma habrían liderado en visualizaciones han caído en más de un 50 % en Estados Unidos.

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Lo siguiente que planean es controlar más qué vídeos eliminar con sistemas inteligentes, que además de detectar contenido completamente prohibidos también lo harán con los que se queden en la línea de lo permisible. En estos casos, el sistema ofrecerá vídeos sobre esa temática con fuentes contrastadas en el panel «ver el siguiente».

Ante estas medidas, cabe entender que canales que de forma continuada suban vídeos prohibidos podrán ser suspendidos, pero la compañía de momento sólo habla de que están fortaleciendo el Programa de Políticas de Socios de YouTube. Aquellos que incumplan lo contenido en ellas, serán suspendido del programa de socios. Adiós a la monetización de los vídeos, por tanto, pero no se menciona nada sobre el futuro de la existencia del canal.

Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes

Yoda

Yoda

Como cada vez que una compañía tecnológica con gran repercusión social realiza un comunicado como este, no queda más que aplaudir la decisión de perseguir más y más estos tipos de contenidos, y en general cualquiera con consecuencias negativas para terceros. Sin embargo, el aplauso real debe llegar cuando de verdad se mitigue todo el mal en las plataformas. Algo quizá utópico, pero que se alcanzará cuanto más empeño se ponga.

Hoy mismo informábamos de que YouTube había decidido activamente no eliminar los vídeos en los que acosaban a un periodista con comentarios racistas y homófobos. Un día después de decir que Steven Crowder no rompía ninguna regla, le han desmonetizado.

Hace dos días también hablábamos de cómo en la plataforma se recomendó vídeos de niñas menores de edad tras visualizar vídeos eróticos, según una investigación de The New York Times. Por este caso y tantos otros que hemos ido viendo a lo largo de meses y años, YouTube, Facebook y cualquier compañía que se dedique a esto debería hacerlo o no hacerlo, pero no sólo intentarlo (a veces ni eso han hecho). Y si lo hacen, cuando de verdad lo hayan conseguido, comunicar el hallazgo con evidencias. Hasta entonces, aunque las medidas sean positivas, muchas personas pueden seguir sufriendo.