Las burbujas nacen, crecen y estallan. Así lo pudimos vivir con la burbuja de las punto-com, cuando la bolsa sufrió un varapalo por una mala estrategia por parte de los emprendedores de antaño. La idea no era otra que crecer rápido e imitar las estrategias de otras empresas en tu sector.
En 2001 la burbuja se fue desinflando a toda velocidad. La mayoría de las empresas punto-com cesaron sus actividades cuando no obtuvieron beneficios y ya no disponían de más financiación. ¿Qué tiene que ver esto con los CEO?. Uno no puede pretender ser igual al resto porque al final, su burbuja personal acabará explotando. La moda de que tu jefe de toda la vida ahora se haga llamar CEO, implica que sigue el mismo camino que otros que ya se han equivocado.
Llámame CEO aunque puedes llamarme jefe en la intimidad
La moda de emplear anglicismos dentro de nuestro país no es algo nuevo ni que llame la atención en algunos sectores, por ejemplo en la publicidad, marketing, diseño gráfico, etcétera. A veces, es imposible no emplear un tecnicismo en inglés porque no hay una traducción en castellano o si la hay, casi nadie la emplea.
El problema del emprendedor que se autodenomina CEO es que está pidiendo que le llames lo que no es. Chief Executive Officer, es sinónimo de Consejero Delegado, Director Ejecutivo pero nunca de responsable de una pequeña empresa. Sería como si la que escribe se autodenominara académica de la RAE porque escribo. Estas confusiones (o no) llevan a la reflexión. ¿Por qué nos asusta llamar a las cosas por su nombre?.
El primer ministro de Suecia es soldador y no lo oculta. A la hora de elegir el nombre de nuestra empresa lo pensamos, pedimos opinión o incluso contratamos a un experto en la materia. ¿Por qué no reflexionamos también a la hora de otorgarnos un mérito en el cargo?
Yo soy tu jefe, un motivo de orgullo
Las razones por las que una persona que acaba de emprender un proyecto y se hace llamar CEO pueden ser muchas: desconocimiento, falta de autoestima, creencia de que con ello adquirirá prestigio y motivos diversos que no tienen que ser negativos.
Pero es importante tener claro, que un buen jefe no importa si le llaman CEO y no tiene una junta de accionistas, será reconocido tanto por sus clientes como por sus trabajadores (si los tiene) por su buen hacer, no por el título. Algo tan obvio como esto, no termina de entenderse entre algunos profesionales y apuestan por la palabra de moda.
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