A día de hoy son muchas las herramientas de peinado que nos encontramos en el mercado. La tecnología ha avanzado muchísimo y que podemos encontrar verdaderas joyas a precios muy razonables. Sin embargo, también hay que reconocer que siempre nos quedará el sector del lujo para deleitarnos, como con las plancha de pelo Dyson Corrale que por fin he tenido la oportunidad de probar y de las que os cuento mi experiencia con ellas.
A modo de spoiler, y antes de entrar en harina, os voy a confesar una cosa: mi historia con estas planchas no comenzó demasiado bien, también os digo que «una vez nos hemos conocido» mi opinión a cambió por completo y ahora reconozco que no puedo vivir sin ellas.
Así que, comencemos por el principio que se remonta al momento en el que abrí la caja y me encontré con una funda de terciopelo ideal para guardarla y con la que poder viajar hasta en avión ya que cuenta con sistema de seguridad propio; una placa de apoyo para poder tenerla en el baño o tocador (monérrima); un cargador que, sinceramente, es enorme, son cuatro metros de cable con una petaca en medio, lo que lo hace tremendamente largo y pesado, así que he aquí mi primera recomendación a los señores de Dyson: intenten reducir el tamaño y peso; y luego tenemos, por supuesto, la plancha.
Mi primera impresión de la plancha fue que era absolutamente maravillosa, preciosa, en negro y rosa fucsia, un diseño de diez, pero al cogerla me sorprendió lo mucho que pesa. Tal es así que lo primero que hice fue compararla con otras planchas que tengo y supera los 200 gramos largos entre una y otra (estas pesan unos 550 gr.). Bien es cierto que, a primera vista podría no parecer demasiado, sin embargo para un una herramienta de peinado que vas a utilizar en la mayor parte de los casos con un solo brazo alzado y durante un rato largo pues cuanto más ligero mejor, porque cansa, las cosas como son.
No os voy a negar que este tema del peso me supuso en un primer momento una cierta decepción. Hay que ser realistas estamos ante un producto de máximo lujo por lo que personalmente me vuelvo mucho más exigente. Por lo tanto, este tipo de cosas, se deberían de mejorar y estoy segura de que lo harán en un futuro. También es verdad que es cuestión de acostumbrarse, cogerla un poco más hacia al centro, no tanto en el extremo y listo.
Obviamente el peso se debe a las baterías y a toda esa tecnología que hay detrás, pero es una cosa que, al principio, podría echar para atrás, os soy sincera. Ahora bien, también os digo que en el momento que las planchas tocan tu cabello te olvidas absolutamente de todo ya sea del peso, del tamaño del cargador y de todo, porque sí, sí y definitivamente sí, son una auténtica pasada.
Para empezar estas planchas permiten regular la temperatura desde 165, pasando por los óptimos 185 y hasta los 210 grados. Este dato puede parecer un tanto baladí, pero no lo es, ya que no todas tenemos el mismo tipo de pelo y poder ajustarla es un gran acierto, cosa que otras no te permiten.
Y seguimos con más cosas. Como supongo, todos sabéis a estas alturas que las planchas de Dyson pueden presumir de ser inalámbricas (también podemos usarlas enchufadas con nuestro cable rotatorio de 4 metros…), teniendo una independencia de hasta 30 minutos. En ese tiempo, lo normal es que nos hayamos peinado más que de sobra porque yo que, a pesar de tenerlo fino, tengo mucha cantidad y lo tengo muy largo, en apenas 10-15 minutos he terminado perfectamente sin darme prisa. Y es que con una pasada por mechón es más que suficiente para conseguir el efecto deseado.
Hay que reconocer que es súper cómodo el no depender del cable. Nunca lo hubiese pensado antes, pero ahora que puede usarlas con total autonomía, se nota mucho. Pensé que sería un detalle que no me importaría, pero realmente ha ganado puntos.
Luego, además, otra de las grandes novedades es que las Dyson Corrale tienen placas flexibles. Esta tecnología supone que las placas, que mantienen un calor totalmente constante, se amoldan a cada sección del cabello para darle forma, aplicando la tensión correcta a cada mechón, lo que garantiza que con cada pasada no dejemos fuera ningún pelito, garantizando que no se produzcan tirones ni roturas. De esta manera, como nos cuentan desde la marca, obtenemos un mejor peinado y menos daño por calor excesivo.
Estas placas flexibles están creadas con una aleación compleja de manganeso y cobre, y con una amalgama de seis metales que proporciona la flexibilidad, dureza y conducción del calor de una forma óptima. Cada placa está torneada a precisión con un grosor de 65 micras para adaptarse a la forma del mechón de pelo. Las placas de cobre se envuelven alrededor del mechón, aplicando calor y tensión uniformes a todo el cabello, y manteniéndolo unido.
Y sí, las placas cumplen lo que dicen, se adaptan perfectamente a los mechones, incluso en los cabellos finos como el mío. Es algo muy curioso ver cómo funcionan los «amortiguadores», cómo cada cabello capta su porción de calor a la perfección, lo que te evita el tener que dar pasadas de más y, por lo tanto, estropear más el cabello.
Otra de las cosas que realmente me ha sorprendido es el gran brillo que consigues en el pelo, el acabado es súper pulido y muy, muy bonito, sorprende y hasta me han preguntado amigas que qué tratamiento me había hecho (ninguno). Pero es que no solo eso, es que el liso me dura muchísimos más totalmente intacto. Como anécdota os contaré que en una ocasión, al día siguiente de habérmelas pasado, me hice un moño y después una trenza (uno de esos días en los que no encuentras estilo). Pues bien, cuando me levanté a la mañana siguiente, volvía a tener el pelo completamente liso, igual que el primer día, lo cual ya os da una pauta de lo bien que hacen su trabajo.
Por lo tanto, a pesar de que sí pueden tener algún punto en contra, nos voy a mentir, el tema del peso al que hay que hacerse (como a todo, te acostumbras) y del cargador kilométrico (que quizá para alguien sea un punto a favor, por supuesto), son una verdadera maravilla de planchas de pelo. Un día os dije que había probado el Ferrari de las planchas de pelo, pues bien estás, sin lugar a dudas, os diré que las Dyson Corrale son el Rolls-Royce de las planchas de pelo ya que combina el lujo con la tecnología y una calidad excepcional.
En conclusión, si me preguntáis si yo me compraría estas planchas mi respuesta es la siguiente: os diría que sí, dado que se trata de una herramienta excepcional, probablemente de las mejores del mercado, que os va a durar, probablemente, toda la vida y que forma parte del máximo lujo en el mundo de la peluquería. Os vais a asegurar versatilidad la que os otorga el que sean inalámbricas, vais a poder conseguir cualquier tipo de peinado sin esfuerzo y duradero (para mí una de las claves de estar ante unas buenas planchas), sabiendo que estamos cuidando nuestro pelo con tecnología punta. Pero claro, seamos francos, no dejará de costar 500 euros.
Dyson Corrale
Conclusión: si queréis sorprender a alguien estas Navidades, por ejemplo, o en su caso queréis haceros ese regalo que tanto os merecéis vais a disfrutar de estas planchas, son alucinantes.
El producto fue facilitado para la prueba por Dyson. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas para más información.
Fotos | @dysonhair