Adiós, Kimmy, ha sido todo un placer. Esto es todo lo que me sale tras haber visto la segunda mitad de la cuarta y última temporada de ‘Unbreakable Kimmy Schmidt‘, seis episodios (alguno doble) en los que hemos tenido de todo en la vida de la protagonista (Ellie Kemper) y sus amigos.
La temporada (bueno, mejor dicho esta segunda mitad) comienza con un reencuentro entre Kimmy y Donna Maria (Sol Mirada), quien tiene una exitosa línea de restaurantes pero que reniega de todo lo que le recuerde al búnker. Esto supone también un punto de inflexión en la relación con las «mujeres topo» y el deseo de Kimmy por llegar a ser algo.
De momento su gran plan de convertirse en la gran autora juvenil de moda ha comenzado ya no con la autopublicación, sino con la autodistribución con el infalible método de colar ejemplares en librerías y bibliotecas de ‘The Legends of Greemulax‘ (que, por cierto, se publicará en abril como homenaje postrero a la serie).
Mientras, Jacqueline (Jane Krakowski) sigue intentando triunfar en el mundo de la representación de actores, lo que nos llevará a conocer a un gran personaje de la mano de Zachary Quinto; y Lillian (Carol Kane) continúa con su lucha contra la gentrificación del barrio con divertidas consecuencias.
Ahora que en Prime Video han recuperado ‘Rockefeller Plaza’ (‘30 Rock‘), la serie protagonizada por Tina Fey, es curioso ver en Kimmy la otra cara de la moneda de Liz Lemon. En ese sentido de mujeres dispuestas a sobrevivir contra viento y marea en un mundo tan duro como disparatado en ocasiones. Si Kimmy representa la inocencia, Liz es todo lo contrario.
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Las dos series, además, tienen en ‘That Girl’, una de las matriarcas (junto con ‘The Mary Tyler Show’) de las series protagonizadas por mujeres que buscan su sitio, un claro referente (a veces algo torcido, eso sí). Referente al que no han dudado en homenajear directamente en algún que otro gag.
Pero lo que comparten sobre todo es su mirada cínica y exagerada de mundo del espectáculo (con, por ejemplo, esas parodias de series y programas de televisión) y su reflejo en el mundo real. Las aventuras de Titus (Tituss Burgess) son muy over the top, que dirían los estadounidenses, incluso cuando tocan temas como el me too con un moñeco haciendo del Harvey Weinstein de turno.
El final que se merece Kimmy
He de reconocer que esta segunda mitad me ha recordado algo más a la temporada 3 que a la actual. Comenzó bastante bien, pero ha tenido episodios que se han hecho algo largos. Si el episodio especial de ‘Party Monster’ fue uno de los mejores de 2018, ‘Sliding Doors’ se queda lejos de su genialidad con un episodio de «What if» basado en ‘Dos vidas en un instante’ a mi juicio demasiado largo e incluso simplón.
Menos mal que ese episodio fue una excepción y el resto de la temporada ha estado a la altura de una serie que nos ha dado muy buenos momentos dentro de ese humor tan mordaz y en ocasiones majareta del equipo de guionistas encabezados por Fey y Robert Carlock.
Un humor con, además, un gran toque de ternura y belleza y que nos lleva al final que Kimmy y sus amigos merecen. Y que merecemos todos, claro que sí. Además, es curioso porque es la típica conclusión que probablemente no hubiera funcionado en casi ninguna otra serie. Pero ‘Unbreakable Kimmy Schmidt’ se puede permitir dar un final feliz a una situación en lo que todo parece estar en contra.
Cuando comenzó ‘Unbreakable Kimmy Schmidt’ la recibimos con los brazos bien abiertos. Y, a pesar de que con los años fue apagándose esa llama del amor a primera vista, siempre que volvía a Netflix nos volvíamos a enamorar de la serie. Divertida y con una imposible mezcla entre la ingenuidad de la protagonista y el cinismo del resto, esta combinación nos ha hecho pasar muy buenos momentos. No sabemos si finalmente habrá película, pero hasta siempre, Kimmy.
La temporada final de ‘Unbreakable Kimmy Schmidt’ se puede ver en Netflix