Alberto Fernández dijo en su momento que él no quería tener un plan económico, que no le gustan los planes económicos. Está demostrando todos los días que tampoco le gustan los planes sanitarios, y por eso estamos viendo una pandemia sin plan. Estas últimas medidas de más restricciones en los vuelos que tomó el Presidente no fueron consultadas con ninguno de los organismos encargados de administrar las áreas del Estado, o de la vida pública, a las que afectan estas medidas: por ejemplo no fueron consultados con la ANAC, que es la agencia oficial que regula la actividad aerocomercial dentro del país.
Sí, podemos estar peor: el editorial de Carlos Pagni
Hoy escuché varias veces hablar de “varados”, pero no me gustó. ¿Por qué? Porque la directora de Migraciones, Florencia Carignano, acaba de explicar que los que se quedaron afuera del país sin poder volver no son varados, es “gente que tiene que reprogramar su vuelta”. ¿Se entiende la diferencia? Si vos te quedaste anclado en Miami, en Paraguay o en Madrid y no podés volver para la directora de Migraciones no estás varado, sino que “no podés volver y tenés que reprogramar tu vuelta”. Y aclaró: “Son turistas, no son ni trabajadores ni estudiantes”. Es decir, con perdón de la palabra, “kelpers”. Porque son turistas y merecen “un poco el castigo” no de quedar varados, sino de “tener que reprogramar su vuelta”.
Si uno de esos argentinos que se queda esperando en un aeropuerto porque no puede pagar un hotel se enferma de Covid, y Dios no lo quiera, si se muere, ¿quién se hace cargo? ¿Alberto Fernández? Esta es una de las consecuencias de una pandemia sin planificación. Esos mismos que quedan, con perdón de la palabra, “varados”, vuelven y tienen que ir a un hotel que en el caso de la provincia de Buenos Aires se lo tienen que pagar ellos. Salvo que sean funcionarios públicos, porque en ese caso no solamente no tienen que ir a un hotel sino que tampoco deben hacer cuarentena. Porque los políticos se asignaron a sí mismos la ventaja de una “cuarentena VIP”, que en la práctica es no hacer cuarentena. Porque ellos vuelven y “no contagian”.
Uno de estos casos está en el Boletín Oficial, y es el de Micaela Sánchez Malcolm, secretaria de Innovación Pública. Hoy fue publicado que la autorizaron para ir a un congreso sobre telecomunicaciones que se realiza en Barcelona, y donde se junta toda la industria del sector. Hay que felicitar al Gobierno de que la mande ahí porque esta funcionaria es la que redactó el decreto que convierte a las telecomunicaciones en un servicio público, es decir que va a ir a España a aprender.
A ella le asignaron un período para poder ir, entre el 28 de julio y el 4 de agosto, a pesar de que el congreso es sólo entre el 28 y el 30 de julio, o sea que se va a quedar allá cuatro días más. Pero cuando vuelva se ve que no se va a quedar varada, debe tener asegurado el retorno. Y tampoco tiene que hacer ningún tipo de cuarentena.
El que vuelve y contagia, y el que vuelve y no hace cuarentena aunque no contagie, tienen una multa de cuatro millones de pesos. Pero hace 48 horas vimos escenas de políticos liderados por Guillermo Moreno reunidos en un acto dentro de un lugar cerrado en el partido bonaerense de Almirante Brown. En ese acto hubo más o menos 3000 personas, o sea el equivalente a diez vuelos. Pero se ve que no contagian, porque son políticos y están haciendo campaña.
La culpa es tuya, la razón es de Ella: el editorial de Carlos Pagni
Un último dato: ya hay 24.900.000 vacunas contra el coronavirus distribuidas, pero las aplicadas efectivamente son 20.300.000. Hay más de cuatro millones y medio de vacunas en heladeras que todavía no se aplicaron, y esta cifra viene creciendo. Estas vacunas que no se aplican se guardan. ¿Para qué? Para que el Gobierno no tenga que dar la noticia de que se quedaron sin vacunas. Se va estirando, se dan menos vacunas para que no se corte. Porque no hay un plan sanitario, hay un plan electoral.