El
pollo
es
una
de
las
carnes
más
populares
y
consumidas
en
los
hogares
españoles,
debido
principalmente
a
que
es
una
de
las
alternativas
más
económicas
y
también
se
considera
una
de
las
opciones
más
saludables.
Una
nutricionista
revela
la
diferencia
entre
los
pollos
amarillos
y
blancos
del
supermercado.
Pollo
amarillo
vs.
Blanco
En
el
supermercado
podemos
ver
pollos
con
una
piel
ligeramente
amarilla
o
bien,
una
versión
de
color
blanco.
Al
respecto
la
nutricionista
y
cocinera
Marta
Verona
conocida
por
ser
la
ganadora
de
la
sexta
edición
de
MasterChef,
aclaró
en
su
cuenta
de
Instagram
cuál
es
la
principal
diferencia
entre
estas
alternativas.
Según
explica
la
experta,
el
pollo
amarillo
no
es
más
saludable
que
el
pollo
blanco
sino
que
la
diferencia
de
color
se
debe
únicamente
a
la
alimentación
del
animal:
si
el
pollo
es
blanco
ha
sido
alimentado
con
trigo
principalmente,
mientras
que
si
es
amarillo
ha
comido
mayormente
maíz.
La
nutricionista
aclara
que
el
color
no
afecta
la
calidad
o
los
beneficios
y
nutrientes
del
pollo,
sino
que
se
trata
de
carnes
idénticas
y
no
siempre
saludables,
ya
que
en
gran
medida
depende
del
corte
o
la
pieza
de
pollo
que
escogemos
consumir.
Dado
que
el
maíz
contiene
más
pigmentos
que
el
trigo,
suele
producir
un
tono
más
amarillento
en
la
piel
del
pollo,
mientras
que
los
animales
alimentados
a
trigo
de
manera
mayoritaria
suelen
tener
una
tonalidad
más
blanca.
En
algunos
países
también
la
industria
alimentaria
agrega
pigmentos
naturales
a
la
dieta
de
las
aves
para
intensificar
ese
color
amarillo,
que
responde
únicamente
a
preferencias
culturales
de
los
consumidores.
Entonces,
según
Marta
Verona,
nutricionista
y
chef,
las
diferencias
entre
el
pollo
amarillo
y
el
pollo
blanco
del
supermercado
es
únicamente
su
color,
que
resulta
de
los
alimentos
que
recibe
el
animal
de
forma
prioritaria
pero
no
influye
en
absoluto
en
su
calidad
nutricional
o
en
los
beneficios
para
la
salud.
En
Vitónica
|
Harvard
se
pronuncia
acerca
de
si
es
buena
idea
comer
la
piel
del
pollo
o
no
En
Vitónica
|
Lavar
el
pollo
antes
de
cocinar
puede
ser
más
peligroso
de
lo
que
pensabas.
Te
contamos
el
motivo
Imagen
|
Kevin
Malik