«Estoy exhausta». Así comenzaba la publicación en redes sociales con la que Elisabeth Anderson-Sierra celebraba que había superado el récord mundial de donación de leche materna, que estaba fijado en 1.569 litros (ella ha llegado a los 1.583).
Para conseguir alcanzar ese volumen, esta mamá y ex militar estadounidense ha pasado 700 días extrayéndose leche diariamente, además de dedicar otras 5.000 horas a tareas relacionadas con el almacenaje y conservación de la leche y la limpieza de los utensilios. Para ella, romper el récord mundial al donar 1.583 litros de leche materna no es la cifra importante, sino la de bebés que se han beneficiado de su donación.
Un trabajo a tiempo completo
La vida de esta madre de dos hijas de diez meses y tres años gira en torno a la extracción de leche. Dedica cinco horas al día exclusivamente a la extracción con un sacaleches doble y tres horas más a tareas de almacenaje, limpieza y conservación.
Para ella es un trabajo a tiempo completo pero, además de su dedicación, su enorme rendimiento tiene «truco»: Elisabeth tiene hiperlactancia o un sobreexceso de producción de leche que le hace producir unos 3,8 litros de leche al día (unas 10 veces más que la media). Esta superproducción es la que la animó a donar el excedente para los bebés que lo necesitaran.
Batiendo récords
La cifra (que no es oficial porque primero debe ser confirmada por la organización de Guinness), es impresionante: mas de 1.500 litros de leche. Pero la que de verdad importa para esta super mamá es otra desconocida: la cantidad de bebés prematuros que se han beneficiado de su leche:
«Para mí es emocionante ver los números, pero lo es aún más pensar en todos los bebés y familias a los que he podido ayudar. Mi objetivo no es batir récords, sino esforzarme por ser un ejemplo en el mundo de la donación de leche y romper el estigma»,
La enorme producción de esta madre se distribuye a hospitales de todo el país a través de la organización Prolacta, que la distribuye en unidades de Neonatología preferentemente para niños prematuros y grandes prematuros. Para estos bebés la leche materna es más que alimento: es una auténtica medicina que salva vidas.
El mejor ejemplo
Elisabeth, a través de la cuenta de Instagram @oneounceatatime ha creado una comunidad de donantes, familias y empresas que apoyan la lactancia materna y la ayudan a sufragar los aproximadamente 3.000 euros al mes que le cuesta mantener su banco de leche.
Gracias a gente como ellos, cada vez es más habitual ver noticias como esta o esta, que normalizan la lactancia materna en todas sus formas.
Vía Babble
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