Desde
el
año
2017
está
prohibida
la
venta
y
uso
de
pirotecnia
en
la
región.
Desde
ese
momento,
el
nivel
de
ruido
en
las
fiestas
de
Navidad
y
Año
Nuevo
bajó
considerablemente,
pero
nunca
pudo
ser
“cero”.
La
gran
dificultad
de
las
autoridades
en
la
organización
de
los
controles
es
poder
detectar
al
infractor
ya
que,
generalmente,
la
pirotecnia
se
enciende
entre
los
10
y
15
primeros
minutos
después
del
brindis
y
los
recursos
municipales
no
dan
para
estar
en
muchos
lugares
al
mismo
tiempo.
Tras
la
Navidad,
Colonia
Caroya
implementó
un
operativo
especial
con
la
Policía
para
este
Año
Nuevo.
Si
bien
la
lluvia
aplacó
el
ruido
de
los
estruendos,
hubo
denuncias.
El
informe
municipal
señala
que
se
pudo
acudir
a
25
sectores
que
vecinos
acusaron,
pero
solamente
uno
pudo
ser
identificado:
se
le
labró
el
acto
correspondiente.
El
incumplimiento
de
la
ordenanza
deriva
en
la
aplicación
de
una
sanción
equivalente
de
hasta
quinientas
(500)
unidades
de
multa
en
la
primera
infracción,
duplicándose
en
la
segunda,
triplicándose
en
la
tercera
infracción
y
sucesivas
respecto
de
la
multa
anteriormente
impuesta;
más
la
clausura
de
treinta
(30)
a
sesenta
(60)
días,
si
se
tratara
de
infracciones
por
parte
de
locales
comerciales.
Cada
unidad
de
multa
es
el
valor
de
un
litro
de
nafta
súper.