Un avión que no despega y una ciudad de Nueva York encerrada por una tormenta que obliga a la gente a no salir a la calle. En este contexto, un joven cineasta de documentales tiene que pasar el día en la casa de un amigo de una amiga sólo para poder tener un techo seguro. Este reservado programador de aplicaciones intenta ser un afable anfitrión, pero no parece haber muchas cosas que les unan. No por ello está descartada la sintonía entre ellos.
Empiezan así las conversaciones, las disquisiciones sobre las relaciones y la manera de alcanzar la felicidad en la vida, mostrando perspectivas bastante dispares que casi empuja a estos dos hombres en direcciones opuestas. Sin embargo, con el silencio ejerciendo de un tercer interlocutor que comparte información, ambos terminan aproximándose, dando la suficiente química para que ‘A Stormy Night‘ funcione.
Cara a cara durante un día
El cineasta David Moragas, tras una serie de cortometrajes, se estrena en largo con un delicado e interesante drama romántico que se puede ver en Filmin. Junto a Jacob Perkins hace de protagonista en esta cinta independiente de estudio de personajes, de relaciones, con intención de subvertir determinados referentes de una manera realmente minimalista.
Su manera intimista de abordar las relaciones homosexuales, empleando también una ventada de tiempo bastante reducida, lleva inevitablemente a cintas importantes del estilo de ‘Weekend‘, de Andrew Haigh. No obstante, la fotografía en blanco y negro junto con los diálogos inteligentes evocan también al Woody Allen más sofisticado, así como reflota un aire de cine independiente americano muy interesante.
El toma y daca de las conversaciones, tan minimalistas y cercanas, lleva también cierto sello de Richard Linklater, mientras que la localización cosmopolita y las inquietudes modernas sobre el amor y hacia donde dirigir la vida son también muy propias de Noah Baumbach. Moragas introduce todo esto, aunque no termina devorado por ello, sabiendo que estas influencias son una herramienta para poder contar adecuadamente la historia.
‘A Stormy Night’: de los referentes a los sentimientos
Su sencillez a veces puede caer demasiado en la austeridad, pero tiene los personajes adecuados para sostener poco más de hora y diez minutos de intimidad compleja. El reflejo de los instintos, tanto en las conversaciones que mantienen como en el uso que hace de los elementos que hay en el apartamento, son un ejemplo de la inteligencia, sobre todo emocional, que Moragas pone sobre la mesa.
Ciertamente hay espacio para que el espectador pueda apreciar por sí mismo hilos de los que puede tirar, aunque queda la sensación de que no sentaría nada mal entrar aún más de lleno en esos grises que parecen existir entre los grises que decide mostrar. Es quizá lo que terminaría de elevar un film interesante y exquisito, que sabe emplear el ambiente de confinamiento para que florezcan los sentimientos auténticos de dos personajes particulares.
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