A todos nos han enseñado el valor de la palabra, algo que alguna vez comprometía de tal forma el honor de las personas que era más poderoso que cualquier papel firmado. Todos vamos andando por la vida viendo cómo aquellas enseñanzas, muchas veces, se distorsionan.
Es que en la vida real, pocos están exentos de que lo que se empeña un día quede desfasado ante otras circunstancias. Y que el cumplimiento de aquella palabra pueda redundar en riesgos o perjuicios. Allí es donde todo se relativiza y no son tantos los que tienen la fortaleza de sostenerla.
El presidente David Garzón con Kudelka (Prensa Huracán).
Frank Kudelka es un hombre que anda derecho por la vida, y así es como por donde estuvo, lo vuelven a buscar.
Todo indica que, aunque lo negó oficialmente, Talleres lo ha ido a tentar cuando le quedaban tres meses de vínculo formal con Huracán, con la zanahoria de un presente deportivo seductor, la chance de competir en el más alto nivel de Conmebol y una oferta económica que mejoraba sensiblemente sus ingresos.
Hete aquí que el entrenador, muy bien recordado también en Newell’s cuando acordó una caballeresca desvinculación a comienzos del año pasado después de casi dos años en el club, se había comprometido a continuar con el proceso que inició en Huracán que, además, ya le había traído un par de jugadores que pidió para esta temporada.
Fassi lo tuvo en Talleres y ahora está sin técnico (foto Prensa Talleres).
El presidente del Globo, David Garzón, invocó públicamente la promesa de Kudelka y se enojó con su colega Andrés Fassi por haber intentado sacárselo. No es la primera vez, y seguramente no será la última, que a la hora de la necesidad los dirigentes hagan cosas que no les gusta que les hagan.
Kudelka renovó su contrato y su confianza con el mundo Globo, que seguramente tendrá presente este gesto si, en los recovecos del camino que se inicia, en algún momento no le está yendo bien.