Estamos acostumbrados a ver equipos de hackers profesionales intentando atacar los sistemas de Tesla para detectar fallos, y hemos visto de todo, incluso concursos -organizados por Tesla- con grandes premios para ver quién lo hace de forma más eficiente.
Ahora parece que la última amenaza a la que tienen que hacer frente los coches conectados son los drones: un equipo de expertos en seguridad ha orquestado con éxito un ataque a un Tesla Model X a través de un dron, abriendo sus puertas y consiguiendo activar las luces de posición, entre otras funcionalidades.
El ataque ‘TBONE’, en acción
El ataque remoto, que ha sido bautizado como ‘TBONE‘, ha permitido detectar vulnerabilidades de seguridad remotas en un componente de software de código abierto (ConnMan) utilizado en los automóviles Tesla y que podrían afectar a otros coches de la marca por proximidad.
Según explican los investigadores Ralf-Philipp Weinmann, de Kunnamon, y Benedikt Schmotzle, de Comsecuris, «un hacker podría desbloquear las puertas y el maletero, cambiar las posiciones de los asientos, los modos de dirección y aceleración… en resumen, más o menos lo que puede hacer un conductor que presiona varios botones en la consola».
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Así, el dron lanza el ataque mediante Wi-Fi, haciéndose con el control del sistema de infoentretenimiento a una distancia de 100 metros y sin necesidad de interactuar con el vehículo.
No obstante, este ataque no cede el control del automóvil, por lo que no permitiría arrancarlo y conducirlo de forma remota.
Lo cierto es que este experimento se desarrolló para un concurso de hackers que iba a celebrarse en 2020 pero que fue cancelado.
Aún así, los investigadores revelaron a Tesla sus hallazgos, que sirvieron para que la compañía californiana parcheara el fallo a través de una actualización.
Gracias a la habilidad de estos expertos, se identifican a diario las brechas en los sistemas operativos de los coches conectados: y es que a medida que se vuelvan más inteligentes, también serán más vulnerables a los ataques remotos.
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