Hace unas horas, Ross LaJeunesse publicó una entrada en Medium titulada «yo era el jefe de Relaciones Internacionales de Google. Este es el motivo por el que lo dejé».
Dejando de lado el clickbait del titular, LaJeunesse afirma en esta entrada que fue expulsado de la compañía por intentar proteger la libertad de expresión y la privacidad en China (dos cosas que ya sabemos que escasean en este país).
«Entré en Google en 2008, cuando el dicho ‘Don’t be evil’ todavía importaba».
Dice que el famoso «Don’t be evil» era «otra herramienta más de marketing» de la empresa. LaJeunesse describe un ambiente laboral un tanto turbio, en el que «los colegas de más experiencia gritaban a las mujeres, haciéndolas llorar» en sus puestos de trabajo.
«Para mí, la elección fue tan clara como la situación. Me fui.
Defender a las mujeres, a la comunidad LGBTQ, a los colegas de color y a los derechos humanos me ha costado mi carrera».
Here's the answer to a question a number of people have asked me: "why did you leave Google?" #RossForMaine pic.twitter.com/ZZwiJ0XMTV
— Ross LaJeunesse (@RossforMaine) January 2, 2020
Ha decidido romper su silencio tras 11 años trabajando para Google
LaJeunesse afirma que, tras 11 años trabajando para proteger los derechos humanos en China, le dijeron que ya no había trabajo para él tras una "reorganización". Ahora, que se presenta como candidato a senador por el estado de Maine, ha decidido romper su silencio.
En 2010, cuando LaJeunesse todavía trabajaba en Google, existía una versión del buscador en China mientras la compañía seguía entonando el mantra "Don't be Evil". La situación cambió tras un intento de hackeo a los fundadores de Google (Larry Page y Sergey Brin) y un aumento de la demanda de censura.
Esa combinación de factores dio como resultado el fin de cooperación entre la compañía y el gobierno chino. Sobre esto, LaJeunesse afirma que él mismo fue el encargado de ejecutar la decisión de "dejar de censurar los resultados de búsqueda en China, priorizando los derechos humanos sobre los resultados financieros".
De todos modos, a medida que la compañía crecía y sus fundadores estaban menos involucrados en este tipo de operaciones, LaJeunesse declara que notó un cambio importante en la forma que la empresa veía los derechos humanos.
Declara que Google volvió a intentar desplegar un producto de búsqueda en China, esta vez cediendo a las demandas de censura del gobierno. Asegura también que descubrió que la compañia estaba tratando de cerrar de manera activa tratos con países que tienen antecedentes de abusos de derechos humanos (como Arabia Saudita).
Cita como momento crítico diciembre de 2017, cuando Google anunció su centro de inteligencia artificial en Pekín.
De hecho, no olvidemos que en marzo de este año Google recibió muchas críticas por permitir una aplicación en la Play Store que permitía controlar a qué lugares viajaban las mujeres de este país.
LaJeunesse habla de un momento que marcó un antes y un después, en diciembre de 2017. Es ese momento Google anunció su centro de inteligencia artificial en Pekín. Acusa a la compañía de no haber informado con suficiente antelación sobre este anuncio a los responsables de relaciones internacionales.
"Fue algo que me sorprendió completamente y me dejó claro que ya no tenía la capacidad de influir en los numerosos desarrollos de productos y negocios que la empresa estaba llevando a cabo".
Por si fuera poco, LaJeunesse afirma que intentó crear un conjunto de principios de derechos humanos para guiar a la empresa en decisiones de mercado y de productos, pero asegura que rechazaron una y otra vez esta iniciativa.
"Justo cuando Google necesitaba doblar su compromiso con los derechos humanos, decidió en su lugar perseguir mayores beneficios".
Este 2019, tras 11 años trabajando para Google, le dijeron a LaJeunesse que podía irse. Tras contratar a un abogado, afirma que la empresa le ofreció un puesto de menor categoría, que él rechazó. Finalmente, decidió dejar la compañía en mayo.