El
coche
eléctrico
se
ha
convertido
en
un
asunto
prioritario
en
la
geopolítica.
Europa
y
Estados
Unidos
se
han
dado
la
mano
para
fijar
aranceles
que
frenen
la
llegada
del
coche
eléctrico
chino.
China,
por
su
parte,
no
se
va
a
quedar
de
brazos
cruzados
y
tiene
un
plan
para
saltarse
los
aranceles:
kits
de
quita
y
pon.
Pero
no
es
su
único
as
bajo
la
manga:
también
está
México,
el
país
que
China
quiere
usar
como
puerta
de
entrada
a
Estados
Unidos.
No
está
claro
que
México
no
vaya
a
experimentar
aranceles
por
parte
de
Estados
Unidos,
algo
que
ha
frenado
en
seco
los
planes
de
Tesla
para
construir
una
gigafactoría.
Pero,
cuando
se
cierra
una
puerta,
se
abre
una
ventana,
y
el
gobierno
de
Claudia
Sheinbaum
ha
confirmado
que
van
a
fabricar
coches
eléctricos
baratos
en
México.
El
problema
es
que
no
es
tan
sencillo.
No
a
la
gigafactoría.
Vamos
por
partes,
ya
que
es
un
asunto
que
tiene
miga.
A
comienzos
del
año
pasado,
Tesla
compartió
sus
planes
para
abrir
una
nueva
gigafactoría
en
México.
Parecía
que
el
principal
escollo
entre
el
anterior
gobierno
de
Manuel
López
Obrador
y
Musk
era
el
enorme
consumo
de
agua
que
tienen
estas
plantas
y,
diez
meses
después
del
anuncio,
no
se
había
colocado
ni
un
ladrillo
pese
a
que
el
proyecto
seguía
dentro
de
los
objetivos
de
Tesla.
Puede
que
no
termine
colocándose
absolutamente
nada.
«No
tiene
sentido».
Hace
unos
meses,
con
Trump
—a
quien
Musk
apoya
pese
a
que
no
tienen
la
misma
visión
sobre
el
coche
autónomo—
afirmando
que
impondría
aranceles
a
los
productos
fabricados
en
México,
los
planes
para
una
gigafactoría
en
Nuevo
León
empezaban
a
aclararse.
Pero
no
en
el
sentido
que
al
estado
mexicano
le
habría
gustado.
Musk
afirmó
que
habría
que
ver
cuál
era
la
situación
tras
las
elecciones,
ya
que
si
gana
Trump
y
se
aplican
aranceles, «no
tendría
sentido
invertir
mucho
en
México«.
Esto
implica
que
no
se
crearán
puestos
de
trabajo
y
quien
quiera
un
Tesla
deberá
seguir
importándolo,
por
lo
que
el
precio
no
será
atractivo.
Pues
nos
lo
hacemos
nosotros.
Sin
embargo,
los
rivales
de
Tesla
ya
están
llegando.
BYD
sigue
adelante
con
sus
planes
para
abrir
una
fábrica
en
el
centro
del
territorio
mexicano
y
cada
vez
llegan
más
vehículos
eléctricos
chinos,
como
los
coches
ARRA.
AMLO
ya
comentó
la
jugada
de
Trump,
afirmando
que
sólo
era
palabrería
y
no
había
que
tomarlo
en
serio,
pero
la
actual
presidenta
sí
va
con
todo
cuando
afirma
que
tendrán
sus
propios
coches
eléctricos
asequibles ‘Made
in
México’.
En
recientes
declaraciones,
la
presidenta
Sheinbaum
ha
comentado
que,
de
todas
maneras,
los
coches
de
Tesla
eran
demasiado
caros
para
el
mercado
mexicano,
incluso
el
Model
3
que
cuesta
unos
30.000
dólares. «La
idea
es
utilizar
el
ingenio
de
las
empresas
e
investigadores
mexicanos
para
ensamblar
un
automóvil
eléctrico
compacto
y
barato»,
comenta
Sheinbaum,
quien
también
afirma
que «el
objetivo
es
crear
cadenas
para
que
este
auto
eléctrico
se
haga
en
nuestro
país».
Problemas
serios.
Ahora
bien,
no
todo
es
tan
bonito
como
parece.
Para
empezar,
hay
que
tener
en
cuenta
el
precio
de
cargar
una
batería.
Actualmente,
hay
subsidios
para
el
consumo
doméstico
de
electricidad,
pero
eso
se
aplica
para
consumos
en
cierto
rango.
Cuando
se
supera
ese
rango
(adecuado
para
luz
y
electrodomésticos),
la
tarifa
crece
exponencialmente.
Además,
hay
que
tener
en
cuenta
que
la
red
eléctrica
no
es
lo
suficientemente
fuerte
en
varios
puntos
del
país.
Por
otro
lado,
México
nacionalizó
las
minas
de
litio
a
comienzos
del
año
pasado
y
el
problema
no
era
extraerlo,
sino
qué
hacer
después.
El
propio
López
Obrador
reconoció
que
necesitarían
inversión
privada
para
convertir
el
litio
en
baterías,
algo
que
tiene
un
coste
enorme
y
que
el
estado
no
puede
asumir.
Y
sin
baterías,
ese
sueño
del
coche
eléctrico
barato
hecho
100%
en
México…
se
tambalea.
Demasiados
interrogantes.
Más
allá
de
esa
declaración
de
intenciones,
Sheinbaum
no
ha
comentado
un
precio
de
venta
orientativo
para
el
mercado
mexicano
y,
además,
ese
coche
eléctrico
tendrá
que
competir
contra
los
que
vienen
de
China,
algunos
extremadamente
compactos
y
con
precios
de
unos
1.000
dólares
(como
algunas
motocicletas).
Hay
que
estar
atentos
a
ver
cómo
evolucionan
esos
planes
de
México
para
abrir
su
fábrica
de
coches
eléctricos
100%
mexicanos,
pero
desde
luego
tiene
una
serie
de
obstáculos
por
el
camino
que
no
será
fácil
esquivar.