Más
allá
del
esfuerzo
que
pueda
suponer
el
hecho
de
perder
peso,
las
claves
que
nos
permiten
lograrlo
y
entender
cómo
funciona
el
proceso
pueden
ser
muy
sencillas.
Lo
difícil
es
hacer
las
cosas
fáciles,
pero
para
ello
hemos
redactado
este
artículo,
para
explicarte
las
claves
que
están
detrás
de
la
pérdida
de
grasa
y
peso.
Así
pues,
de
esta
manera
te
explicamos
los
puntos
clave
que
fundamentan
la
pérdida
de
peso
y
que
te
ayudarán
a
despejar
todas
las
dudas
que
tengas
al
respecto
y
a
eliminar
de
tu
cabeza
todas
las
ideas
que
lejos
de
allanar
el
camino
lo
complican.
1.
Usa
las
calculadoras
de
calorías
como
referencia,
no
como
norma

En
internet
podemos
encontrar
numerosos
artículos
hablando
de
cómo
calcular
tus
calorías
de
mantenimiento
o
directa
las
calorías
que
teóricamente
necesitas
para
perder
peso.
De
hecho,
en
Vitónica
tenemos
nuestra
propia
guía
al
respecto.
No
obstante,
aunque
las
calculadoras
de
calorías
usadas
pueden
servir
como
una
buena
referencia,
al
final,
nada
te
va
a
salvar
ni
ahorrarte
el
ensayo
y
error.
Puedes
comenzar
comiendo
las
calorías
que
la
calculadora
te
haya
sugerido
pero
siempre
va
a
existir
un
margen
de
error
a
la
hora
de
estimar
la
actividad
física
que
haces,
tanto
la
que
podemos
asociar
al
ejercicio
como
la
que
no.
Así
pues,
ya
sea
que
lo
hagas
por
tu
cuenta
o
que
te
lo
esté
pautando
un
dietista
o
nutricionista,
va
a
ser
necesario
realizar
ajustes
tanto
al
principio
como
sobre
la
marcha.
Si
no
tienes
noción
alguna
de
cuánto
comer,
usa
una
calculadora
pero
ten
en
cuenta
que
probablemente
tengas
que
hacer
algún
pequeño
ajuste
en
esta
estimación
pasados
unos
10-12
días,
tiempo
suficiente
para
observar
cómo
afectan
estas
calorías
en
tu
cuerpo.
2.
Olvídate
de
las
pulseras
o
gadgets
que
miden
la
actividad

Puede
que
te
sorprenda
este
punto
ya
que
si
consideramos
útil
en
cierto
modo
calcular
las
calorías
que
necesitamos,
¿por
qué
no
calcular
las
que
gastamos?
Pues
lejos
de
ser
útil,
es
un
incordio
y
puede
alterar
la
percepción
que
tenemos
del
ejercicio
viéndolo
como
una
mera
herramienta
para «quemar
calorías»
y
no
como
lo
que
es:
un
billete
hacia
una
vida
sana
y
longeva.
Quédate
con
lo
que
comentábamos
en
el
punto
anterior
y
simplemente
haz
los
ajustes
necesarios
después
de
haber
estimado
las
calorías
que
necesitas
consumir.
No
necesitas
saber
si
en
el
gimnasio
gastas
más
o
menos.
3.
Lleva
un
recuento
de
qué
comes
y
cuánto
comes

Por
supuesto,
relacionado
con
los
dos
puntos
anteriores,
no
tiene
sentido
lo
que
hablábamos
de
conocer
aproximadamente
lo
que
necesitamos
comer
si
no
lo
cuantificamos
y
lo
registramos
en
un
papel
o
en
una
app
de
las
que
existen
hoy
en
día
como
Fatsecret.
Al
principio
puede
ser
un
incordio
pesar
y
apuntar
en
la
app
los
alimentos
que
comemos,
pero
si
no
lo
haces
tú
lo
tendrá
que
hacer
un
dietista
por
ti.
También
puedes
guiarte
por
un
sistema
de
porciones
a
la
hora
de
comer
e
irlas
reduciendo
de
manera
aproximada,
pero
qué
decir
tiene
que
es
inexacto
y
que
al
final
no
deja
de
ser
una
manera
de
registro.
Sea
como
fuere,
hazlo
como
más
cómodo
te
resulte,
pero
ten
en
cuenta
que
un
mínimo
registro
o
noción
de
lo
que
comes
y
cuánto
comes
es
necesario.
4.
Entrena
fuerza
en
el
gimnasio

Este
punto
también
es
sumamente
importante
ya
que
no
es
lo
mismo
tratar
de
perder
peso
únicamente
mediante
dieta
y
entrenamiento
cardiovascular
que
con
dieta
y
entrenamiento
de
fuerza.
De
hecho,
prioriza
el
entrenamiento
de
fuerza
antes
que
el
cardio.
El
cardio
puedes
usarlo
como
una
herramienta
que
usada
de
forma
estratégica
puede
ayudarte
a
aumentar
el
gasto
calórico
en
aquellos
momentos
en
los
que
no
proceda
o
se
desee
disminuir
más
las
calorías
que
se
ingieren.
La
razón
principal
por
la
que
el
entrenamiento
de
fuerza
es
necesario
en
un
programa
de
pérdida
de
peso
es
porque
nos
ayuda
a
preservar
la
masa
muscular,
tejido
clave
para
una
buena
salud
a
corto,
medio
y
largo
plazo,
por
no
mencionar
los
beneficios
estéticos
que
supone
un
cuerpo
musculado
y
con
un
bajo
porcentaje
de
grasa.
5.
Descansa
y
gestiona
bien
tu
estrés

Todo
lo
que
hemos
comentado
anteriormente
podría
no
tener
sentido
si
no
somos
capaces
de
tener
una
buena
higiene
del
sueño
y
una
buena
gestión
emocional.
Dormir
cuando
toca
y
la
cantidad
que
toca
e
incluso
incluir
la
meditación
o
salidas
a
la
naturaleza
como
actividades
regulares
en
nuestra
vida
pueden
ayudar,
y
mucho.
Además
de
ello
trata
de
no
abusar
del
ejercicio
físico,
sobre
todo
del
aeróbico,
reducir
el
consumo
de
cafeína
si
consideras
que
tienes
dependencia
hacia
ella
y
alejarte
de
ambientes
tóxicos,
y
sí,
también
de
personas
tóxicas.
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Los
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ejercicios
para
espalda
en
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Guía
para
ganar
masa
muscular