Terminal de Ómnibus: Nada se pierde, todo se transforma.

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Jesús María. Hace un año, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobaba de manera definitiva el financiamiento para la construcción de la nueva Terminal de Ómnibus, mediante un crédito de más de 140 millones de pesos -a valores de marzo de 2019- y con un plazo de 12 meses.

El proyecto había sido presentado un año y medio antes, luego de un frustrado intento de acuerdo con la Sociedad Rural de Jesús María, entidad que estaba interesada en invertir en la Terminal si se construía en un terreno de su propiedad, frente al ex Tiro Federal.

El camino de la financiación internacional dejaba fuera de juego a La Rural porque el BID exigía que el terreno donde fuera a levantarse el nuevo edificio fuera una propiedad municipal. La única que tenía disponible era la manzana donde funciona el obrador, lugar en el que Lucas Torres estuvo a punto de hacerla poco antes de finalizar su segundo mandato, en 1999.

Como se ve, hace más de dos décadas que el tema es discutido y sigue sin solución.

Las gestiones de Gabriel Frizza y César Seculini fueron efectivas y la Nación, con el acuerdo de la Provincia, aprobó la obra.

Cuando presentaron las carpetas, el crédito prometido no era reintegrable. Dicho en forma directa: Macri le regalaba la Terminal de Ómnibus a Jesús María con el aval de la Provincia.

La carpeta técnica se hizo rápidamente y todo indicaba que antes de las Elecciones de 2019 se inauguraría el edificio con bombos y platillos.

Pero llegaron las devaluaciones, la Provincia cambió las condiciones del financiamiento, que pasó a ser parcialmente reintegrable, el ministro de Economía de la Nación, Nicolás Dujovne, cajoneó la carpeta –sólo le faltaba su firma-, pasó el tiempo y, hace un año, poco antes de las Elecciones Municipales, se destrabó. El crédito era en dólares, de modo que la devaluación no había afectado su valor y alcanzaría para levantar lo planificado.

Un detalle no menor es la Nación pagaba la obra de la Terminal, pero no ejecutaba las obras viales de ingresos y egresos necesarias para ella, que debía finalizar la Municipalidad antes de su puesta en funcionamiento.

Otra gestión de César Seculini lograba esos fondos de otra dependencia nacional.

Hasta se hizo una audiencia pública previa al inicio de la construcción.

Nada se pierde, todo se transforma.

Pero Seculini se fue antes que finalice el mandato de Mariana Ispizua, Luis Picat ganó las Elecciones y el escenario cambió.

Los concejales radicales objetaron el proyecto con el argumento de que no se podía comprometer al gobierno entrante a que pagara la construcción de los ingresos y egresos, el crédito y el traslado del obrador.

Mientras tanto, Luis Picat acordaba con Juan Schiaretti el cambio de destino de esa ayuda internacional, que quedó “congelada” hasta que el nuevo Intendente decidiera si quería destinarla a la ampliación de la red cloacal o a mejoras en la red de agua potable.

Para afuera, la respuesta fue siempre la misma: “No sabe, no contesta”. Puertas adentro, habían logrado que uno de los proyectos insignia de Compromiso Ciudadano nunca se hiciera y que a la Sociedad Rural de Jesús María le quedara el camino libre para retomar el proyecto de hacer la Terminal de Ómnibus en su terreno.

De hecho, en el Concurso Nacional de Ideas “Esquema de Ordenamiento del predio de la Sociedad Rural de Jesús María”, la entidad incluyó la construcción de una nueva Terminal en su predio.

Integrantes del equipo de Luis Picat afirmaron en varias oportunidades que la Terminal no era un “buen negocio” porque las empresas evitan pagar alquileres para boleterías y depósitos y la zona donde estaba planificada no era atractiva para la instalación de comercios que no dependieran, exclusivamente, de los usuarios del transporte. Así, el mantenimiento del nuevo edificio sería muy costoso.

Es curioso que La Rural esté dispuesta a perder dinero haciendo una inversión tan importante con baja rentabilidad.

También trascendió que hay influyentes políticos interesados en hacer un gran centro de logística en parte de su predio y hasta se aventuran a imaginar un parque industrial. Todo eso está en ejido de Colonia Caroya. ¿Y la infraestructura?

Al agua potable y la electricidad las proveerá la Cooperativa de Servicios Públicos, pero a B° Sierras y Parque lo abastece Jesús María.

Y si hay líquidos efluentes, deberán ser tratados y enviados a la red cloacal. La única red disponible es la de Jesús María. Ya fue complejo conectar la planta de Guma S.A., ¿cuánto más será esto?

Como se ve, las ampliaciones de las redes de saneamiento son impostergables.

26-06-2020