Tengo la atención tan rota, que convertir el smartphone en un ladrillo me parece una ventaja. Android para eso es único

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El
móvil
se
ha
convertido
en
un

centro
de
atención
,
a
cada
segundo
ocurren
cosas
que
luchan
por
ganar
nuestro
tiempo.
Y
reconozco
que
termino
distrayéndome
más
de
lo
que
querría,
por
eso
he
terminado

convirtiendo
mi
smartphone
en
un
ladrillo
con
pantalla
.
Para
ciertos
momentos
me
parece
lo
más
práctico.

¿Alguien
recuerda
cuando
la
única
opción
para
matar
el
tiempo
muerto
en
las
esperas
implicaba
aburrirse
hasta
que
llegaba
el
momento?
O,
como
mucho,
leer
lo
poco
que
hubiera
cerca.
La
publicidad
de
la
parada
de
metro,
los
botes
de
champú
de
la
bañera,
esas
revistas
de
hacía
cinco
años
que
aún
conservaba
el
peluquero…
Ahora
no,

sacar
el
móvil
y
ver
lo
pendiente

es
un
acto
reflejo
que
se
sucede
en
cualquier
espera,
por
pequeña
que
sea.
Y
vale
la
pena
luchar
contra
ella.

Si
dejo
que
me
distraigan,
me
es
imposible
concentrarme

Notificaciones Instagram


Las
notificaciones

son
un
mal
de
nuestro
tiempo,
estoy
convencido
de
ello.
Por
eso
hace
años
que
desaparecieron
de
mi
móvil:
cuantos
menos
avisos
inútiles
me
aparezcan,
mucho
mejor.

Siempre
llevo
el
teléfono
en
silencio
,
las
redes
sociales
carecen
de
notificación,
todos
mis
grupos
de
WhatsApp
y
Telegram
están
silenciados
y
hasta
impido
que
Gmail
me
notifique
de
la
mayoría
de
correos.
La
cuenta
del
trabajo
está
completamente
silenciada.

Dado
que
no
tengo
notificaciones,
en
un
intento
de
que
el
móvil
me
moleste
lo
menos
posible,

suelo
aprovechar
los
momentos
en
calma
para

revisar
aquellas
aplicaciones
que
pueden
tener
mensajes
importantes
.
Intento
que
sea
durante
un
momento
de
tranquilidad,
como
cuando
estoy
tomando
un
café
o
no
ando
escribiendo.
Para
el
resto
del
tiempo,
para

el
móvil
es
un
ladrillo.
A
no
ser
que
lo
necesite
para
probar
alguna
cosa,
como
una
aplicación.

En
silencio
y
sin
notificaciones,
estas
son
dos
de
mis
primeras
claves
(un
adolescente

puede
recibir
más
de
200
notificaciones
diarias
).
Después,

suelo
activar
los
modos
de
concentración
y
sin
distracciones
,
dependiendo
del
teléfono
que
esté
probando
en
ese
momento
(todos
tienen
idénticas
configuración
y
aplicaciones).
Y
hay
un
paso
más
que
me
parece
imprescindible:
hacer
minimalista
la
interfaz
del
smartphone.

El
móvil
ha
evolucionado
tanto,
que
es
una
herramienta
capaz
de
hacer
la
mayor
parte
de
las
tareas.
Por
el
camino
hemos
perdido
la
concentración
y
la
atención,
ya
que
le
hemos
dado
al
teléfono

el
permiso
para
molestarnos
cuando
se
le
antoje
.
Y
hay
que
cambiar
las
tornas:


  • Launcher
    minimalista
    para
    Android
    .
    Lo
    activo
    si
    necesito
    máxima
    concentración.
    Y
    convierte
    el
    smartphone
    en
    un
    ladrillo,
    ya
    que
    limita
    las
    funciones
    a
    las
    imprescindibles.

    Niagara
    Launcher
    es
    mi
    preferido

    (es
    el
    de
    la
    foto
    de
    portada).

  • Modo
    sin
    distracciones
    para
    trabajo
    y
    tiempo
    libre
    .
    Tanto
    Android
    como
    iPhone
    disponen
    de
    modos
    que
    limitan
    la
    capacidad
    del
    teléfono
    para
    molestar
    a
    su
    dueño.
    Son
    muy
    recomendables,
    no
    solo
    durante
    el
    trabajo.

  • El
    móvil
    lejos
    de
    los
    lugares
    de
    ocio
    .
    Nos
    hemos
    vuelto
    tan
    dependientes
    de
    las
    notificaciones,
    que
    ya
    no
    vemos
    una
    peli
    en
    casa
    sin
    tener
    el
    teléfono
    cerca.
    Por
    eso,
    el
    móvil
    debe
    quedar
    lo
    más
    lejos
    posible.
    Esto
    también
    atañe
    al
    dormitorio.

Limitar
las
notificaciones,
clave
para
recuperar
la
atención

Camiseta Notificaciones

No
me
cuesta
en
exceso
concentrarme,
pero

que
se
me
hace
fácil
perder
la
concentración
si
algo
me
distrae;
con
el
consecuente
tiempo
necesario
para
recuperar
el
foco.
Por
eso
prefiero

atacar
antes
que
defender
,
convertir
el
smartphone
en
un
ladrillo
con
pantalla
es
mi
receta
para
gran
parte
del
día.

Controlar
el
uso
del
smartphone,
limitar
las
notificaciones,
revisar
lo
pendiente
solo
cuando
hay
bastante
tiempo
libre,
darle
la
importancia
justa
a
la
mensajería
y

prescindir
de
mirar
el
móvil
como
acto
reflejo

ante
el
más
mínimo
aburrimiento.
Prefiero
que
el
smartphone
sea
mi
herramienta
y
no
serla
yo
de
mi
teléfono.
A
cambio,
he
recuperado
buena
parte
de
mi
capacidad
de
atención.

Imagen
de
portada
|
Iván
linares

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