Teletrabajo híbrido, la encrucijada de la empresa para mejorar el compromiso de empleados o facilitar la gran renuncia

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Desde hace muchos años una de las demandas de los trabajadores ha sido una mayor facilidad para conciliar vida personal y laboral. Los horarios extendidos, los desplazamientos al trabajo, sobre todo en grandes ciudades hacen complicado que la jornada laboral no nos ocupe menos de 10 u 11 horas. En esto llegó la crisis sanitaria y un país con apenas un 4% de teletrabajadores pasó a ser algo habitual en todo tipo de empresas. La situación ha cambiado y el teletrabajo híbrido es una encrucijada para la empresa, o mejora el compromiso de empleados o les abre la puerta de salida para buscar otras oportunidades.

Por un lado hay una generación de trabajadores para los que tener la oportunidad de trabajar desde casa, unos días al mes, unas cuantas tardes a la semana, de forma más flexible es un aliciente y una importante fórmula de remuneración no económica. En total no superaría el 30% que marca la ley del teletrabajo como límite para empezar a negociar con el empleado cómo compensarle por el teletrabajo.

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Por otro lado, una generación más joven, que no ven la necesidad de esta conciliación, que no tienen tantas obligaciones familiares o económicas, cuyos contratos también suelen ser menos estables y que están mucho más acostumbrados a cambiar de empresas cada poco tiempo. Para ellos, el teletrabajo híbrido supone que los vínculos emocionales con sus empresas se debilitan.

Y esto hace que llegado el momento de decidir si cambian o no de empresa, de si empujan un poco más cuando la empresa necesita un extra o se dejan llevar. El tipo de compromiso que nos vincula con la empresa por algo más que el sueldo.

Los beneficios del teletrabajo híbrido no llegan a todos por igual

La cuestión fundamental es cómo percibe el empleado los beneficios del teletrabajo híbrido. Por un lado tenemos la cuestión de cómo flexibiliza nuestro horario laboral, reduciendo el estrés que puede provocar no llegar a tiempo, solucionar un contratiempo o poder resolver cualquier problema que tenemos en casa.

Para muchos este beneficio no económico se puede traducir en un menor coste, porque ahorran en desplazamientos, si solo tienen que ir cuatro de cinco días al trabajo, no tienen tantos atascos o simplemente no tienen que pagar clases extraescolares para sus hijos para ampliar el horario hasta que puedan llegar a recogerlos.

Este beneficio hoy por hoy no lo aplican todas las empresas. No todas van a permitir trabajar desde casa o que podamos quedarnos cuidando de nuestro hijo en caso de enfermedad un par de días gracias a la posibilidad de trabajar igual desde nuestro hogar.

Por eso refuerza el compromiso del empleado con su empresa. Si mañana fuera algo común que todas las compañías ofrecieran esta posibilidad, los empleados no lo percibirían de la misma manera. Y porque también todos acabamos montando nuestra vida en torno a determinados horarios, desplazamientos, etc. Cambiar de trabajo puede trastocar todo esto y cuesta reorganizar todo.

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Los más jóvenes tienen un vínculo más emocional con la empresa

Este es el caso de los empleados más jóvenes, que no valoran igual el beneficio del teletrabajo híbrido, al igual que no lo hacen cuando la empresa ofrece un beneficio como un seguro de salud. Simplemente momento vital no está tanto en poder trabajar desde casa como en acabar de trabajar y hacer unas cañas con los compañeros.

Es precisamente este vínculo, que tiene más que ver con el buen ambiente de una empresa, de compartir el mismo espacio de trabajo, pero también comer juntos, de salir y poder tomar algo y que nuestra relación personal transcienda al mero hecho de la colaboración profesional.

Pero a la vez no todas las empresas tienen este buen ambiente y esta colaboración cordial entre sus empleados. Esas cañas y ese vínculo emocional queda roto en muchos casos. Y es el primer peldaño que necesitamos subir si queremos retener talento y que los empleados no cambien de empresa a la primera oportunidad que tengan.

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Todos tenemos que aprender a sacar partido al teletrabajo

Está claro que no todo son ventajas con el teletrabajo. Cuestiones como el techo Zoom, que hace que los ascensos se ofrezcan más a los empleados presenciales que a los remotos, la desconexión digital o los problemas psicológicos derivados del aislamiento de trabajar desde casa, no deberían afectar en el caso del teletrabajo híbrido, donde solo son unas pocas horas del total las que se aprovechan para trabajar desde casa.

Las empresas tienen que aprender a sacar partido al teletrabajo. Muchas ya lo han experimentado en una situación excepcional como la pandemia. Ahora tendrán que aprender a hacerlo en una situación más normal. Pero lo que parece claro es que ha llegado para flexibilizar de forma muy interesante la jornada laboral.

Imagen | Elle Hughes en Pexels