Dos personajes quedan en un bar, conversan durante unos diez minutos (en lo que se toman su consumición) y salen juntos hacia la cita con la terapeuta. Fundido en negro. Títulos de créditos. Se podría decir que ‘State of the Union’, serie creada y escrita por Nick Hornby y dirigida por Stephen Frears (‘Alta fidelidad’) es pequeña. Pequeña pero efectiva.
Pequeña porque está estructurada en diez episodios de unos diez minutos, siempre en el mismo bar y apenas salen personajes que no sean este joven matrimonio (encarnado por Rosamund Pike y Chris O’Dowd) que discuten sobre la necesidad real de asistir a terapia de pareja. Nada más. Una cerveza, un vino blanco, y un cruce de acera hasta la puerta verde de la terapeuta.
La serie, originaria de SundanceTV que se puede ver completa en HBO España, entra de pleno en el terreno favorito de Hornby, con una disertación de las relaciones románticas y de lo que mantiene vivo a un matrimonio. Todo con un toque de alivio cómico apoyado ya no en el personaje de O’Dowd (Tom) sino en el manejo del sarcasmo de Pike (Louise).
Nada más comenzar ‘State of the Union’ sabemos el detonante de la ruptura: la infidelidad de ella. Pero, como bien indica Louise, eso es la manifestación de un problema mayor en el matrimonio o de un cúmulo de cosas. ¿Cuándo y por qué dejaron de tener sexo?, ¿cómo es su relación con los niños?, ¿qué implica que Tom, crítico musical, esté en paro?
La complejidad del matrimonio expuesto en brillantes diálogos
Poco a poco vamos recibiendo de parte de Hornby deliciosas rebanadas en forma de diálogo. Aunque en apariencia diez minutos no parezcan dar para mucho, el guionista logra maximizar todo lo posible ese tiempo, transicionando con fluidez excelente desde lo banal (ese «qué tal lo niños», «qué guapo estás hoy») hasta una profundidad que ya les gustaría a muchas series del mismo género.
Si lo pensamos fríamente, ‘State of the Union’ son poco más de cien minutos los mismos hablando de sus mierdas y sin más adornos que cuando los protagonistas «espían» al matrimonio que les precede. Aquí la magia radica en estas dosis de diez minutos que hacen que todo el discurso entre como agua y salgas de cada caña pre terapia con ganas de saber más de Tom y Louise.
Hay, además, cierto realismo y optimismo en torno a la serie. Lo que vemos no es romántico: Tom y Louise son Pablo y María, son tantas y tantas parejas que reman, que se cansan el uno del otro día sí día no, que de repente se quitan la alianza y salen de casa como si con eso tuvieran algo que demostrar… y vuelven, y se perdonan, y vuelven a intentar remar, a cansarse el uno del otro. Pero se aman.
Debido a sus características, ‘State of the Union’ funciona muy bien gracias a sus personajes. Que ojo, el guion es estupendo, pero Rosamund Pike y Chris O’Dowd consiguen dotarle de una vida impresionante, logrando construir en un escenario tan pequeño unos personajes llenos de matices rebosantes de humanidad y realismo.