El pasado 12 de junio, SpaceX lanzó un nuevo cohete al espacio. No se trató de una nueva prueba de Starship, sino de una unidad del Falcon 9 que desplegó 72 satélites pertenecientes a clientes de la empresa. Uno de ellos es una fábrica, pero no una cualquiera: es la primera fábrica espacial de la historia.
Puede parecer algo desmedido, hiperbólico o innecesario, pero hay ciertos experimentos que solo pueden realizarse en ingravidez o que ofrecen mejores resultados en ese estado, y como la Estación Espacial Internacional no está pensada para una producción con fines comerciales, ahí entra en juego esta pionera fábrica.
«Drogas» y misiles hipersónicos, eso es lo que fabricaremos en el espacio
Bueno, drogas, drogas… no, pero los estadounidenses llaman ‘drugs’ a los fármacos. Precisamente, esa va a ser la línea de producción principal de la empresa Varda en su primera fábrica espacial. Al menos a corto plazo.
Varda Space Industries es una startup californiana que anunció en 2021 –como cubrió Freethink– su intención de construir una fábrica en el espacio, la primera de todas. El objetivo era crear una línea de producción de todos aquellos procesos o productos cuya fabricación en gravedad cero sea imprescindible o tenga beneficios para dicho producto. Los semiconductores entrarían en ese saco.
¿Pero por qué hay que fabricar medicamentos en gravedad cero? Si nos remontamos a 2019, la empresa farmacéutica Merck publicó los resultados de un experimento realizado en la Estación Espacial Internacional que demostraban los beneficios de probar o fabricar medicamentos en estado de ingravidez.
Concretamente, se trataba de un tratamiento contra el cáncer que, en ese estado, era más estable y se podría administrar al paciente en forma de inyección -normal y corriente- en lugar de mediante infusiones intravenosas, como hasta ahora. Es un modo menos invasivo y se concluyó que hay partículas que, debido a la cristalización en microgravedad, se comportan de manera distinta.
El experimento de Merck tomó 18 días y sí, hay formas de replicar en la Tierra un estado de gravedad cero, pero es inviable realizar experimentos de esa duración en aviones o torres que crean situaciones de microgravedad que solo duran un minuto por sesión. Por eso, la respuesta está en la fabricación en el espacio.
Hay procesos de fabricación y pruebas que «no se pueden replicar en ninguna fábrica de la Tierra»
Suena a ciencia ficción, pero volviendo a Varda, el CEO Will Bruey declaró los procesos de fabricación para lo que quieren hacer «no se pueden replicar en ninguna fábrica de la Tierra». Bruey trabajó anteriormente, precisamente, en SpaceX desarrollando naves, así que tiene contacto con la empresa aeroespacial de Elon Musk.
¡TENEMOS SEÑAL!
Los paneles solares de la primera fábrica espacial del mundo se han alineado con el Sol y están empezando a desplegarse.
Este era el mensaje en Twitter que lanzó la compañía cuando se desplegó el satélite, pero… ¿cuál es el siguiente paso? Como leemos en CNN, la primera semana, la fábrica estuvo probando los sistemas para ver que todo funciona como debe, siendo la segunda semana la primera prueba real en la que empezarán a calentar y enfriar de manera abrupta el fármaco ritonavir, un tratamiento contra el VIH con el que quieren comprobar cómo cristalizan las partículas en microgravedad.
El siguiente movimiento será intentar que la fábrica aterrice en la Tierra con los resultados. Esto, además, permitirá probar los sistemas de regreso, como el paracaídas, y está previsto que el aterrizaje se produzca en el campo de entrenamiento del Departamento de Defensa de Utah.
Precisamente, el Ejército tiene algo que decir aquí. Desde Varda han declarado que durante los próximos seis o siete años, como mínimo, fabricarán productos farmacéuticos en esta fábrica espacial, pero la empresa tiene un acuerdo con la Fuerza Aérea estadounidense para probar el hardware de los misiles hipersónicos.
Al final, la primera fábrica espacial no podía dedicarse a otra cosa que a dos de las actividades más lucrativas en la actualidad. Y, aunque no es la única empresa, SpaceX se está postulando como una de las piezas más interesantes de la partida gracias a permitir el lanzamiento de satélites de empresas privadas y a los negocios con el gobierno de los Estados Unidos, como el programa de defensa Starshield.
Imagen de portada | Rocket Lab
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