¿Os habéis dado cuenta de que Kipchoge sonríe prácticamente en todo momento mientras corre? Incluso cuando no llegó a batir el récord de correr una maratón en menos de dos horas que le propuso Nike, entró en meta con una sonrisa. Hay que recalcar que, a día de hoy, Kipchoge ha conseguido bajar de las dos horas, llegando a la meta en una hora, 59 minutos y 40 segundos. ¿Y si esa sonrisa fuera una de las claves que han hecho del keniata uno de los mejores maratonianos de todos los tiempos?
Un estudio publicado en 2010 por Samuele Marcora, un investigador de la Universidad de Kent, nos habla de la correlación existente entre el fruncimiento del ceño o la actividad de los músculos relacionados con las expresiones faciales, el esfuerzo percibido y el esfuerzo realizado por un deportista.
Lo que el estudio concluye es que efectivamente existe una relación entre el grado del esfuerzo que realizamos al entrenar y la actividad de los músculos faciales: a más esfuerzo percibido, mayor será la actividad de estos músculos. Seguro que también vosotros os ponéis serios cuando hacéis un sprint o cuando subís una cuesta corriendo.
Ahora bien, lo que plantea Marcora es la posibilidad de que esta tesis funcione también a la inversa: que cuanto más relajada sea nuestra expresión facial, menor sea el esfuerzo percibido por nuestro cuerpo y, por tanto, mayor sea nuestra capacidad para correr más y mejor. Puede que sonreír sea un gesto clave para convertirnos en mejores corredores.
Y así lo atestigua un nuevo estudio de la Universidad de Ulster en el que se llega a la conclusión de que sonreír mientras corremos es beneficioso para nuestra economía de carrera y consumo máximo de oxígeno (de hecho puede ayudarnos a mejorarlo hasta en un 2%): es decir, que nos convierte en runners más eficientes.
Según un artículo publicado en Wired sobre el reto de Nike Breaking2, efectivamente, la sonrisa de Kipchoge respondía a una planificación previa, a una estrategia para relajarse y (ahora lo sabemos) para ser más eficiente.
Probad vosotros mismo en vuestro próximo entrenamiento y experimentad si realmente el esfuerzo percibido desciende mientras sonreís, y si conseguís mejores tiempos. Quizás a partir de ahora veamos a más runners sonrientes por las calles, y ya sabremos por qué.
Este artículo fue originalmente publicado por Lady Fitness en noviembre de 2017 y ha sido revisado para su republicación.
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Fuente | Outsideonline.com
Imágenes | Fastrunning, iStock