No
podía
faltar
en
nuestro
repertorio
la
receta
del
solomillo
Wellington
tradicional,
perfecta
para
nuestros
menús
de
Navidad.
Una
tierna
pieza
de
solomillo,
rodeada
de
una
farsa
de
chalotas,
champiñón
y
foie,
envuelta
en
una
capa
de
masa
crujiente
y
dorada.
Imaginadlo
en
la
mesa
y
rodeado
de
otras
viandas
con
las
que
acompañarlo.
¿No
se
os
hace
la
boca
agua?
Al
contrario
de
lo
que
muchos
puedan
pensar,
el
solomillo
Wellington
es
fácil
y
sencillo.
También
laborioso,
pues
hay
que
preparar
la
duxelle
(la
farsa
de
chalotas
y
champiñón),
sellar
el
solomillo
y
esperar
que
ambos
enfríen
para
proceder.
Aunque
es
más
entretenido
que
un
chateaubriand
de
ternera,
merece
la
pena.
Cuando
lo
pruebes,
querrás
probar
también
el
solomillo
en
hojaldre
de
cerdo
y
con
beicon.
Para
facilitar
el
envoltorio,
hemos
usado
una
lámina
de
masa
filo
(mejor
si
son
dos)
y
una
lámina
de
hojaldre
muy
fría.
El
punto
de
la
carne
se
puede
ajustar
aumentando
o
reduciendo
el
tiempo
de
horno,
al
gusto.
Y
si
prefieres
un
formato
más
cómodo
y
simpático,
puedes
hacer
el
solomillo
Wellington
individual,
un
primer
plato
estupendo,
o
probar
la
versión
de
Wellington
de
pescado,
otro
plato
espectacular.
Comenzamos
preparando
la
duxelle
con
la
que
envolver
el
solomillo.
Picamos
las
chalotas.
Limpiamos
los
champiñones
de
posibles
restos
de
tierra
y
picamos.
Calentamos
el
aceite
en
una
sartén
y
pochamos
la
chalota.
Cuando
esté
tierna
añadimos
los
champiñones,
salpimentamos
y
rehogamos
hasta
que
no
que
quede
nada
de
jugo.
Añadimos
la
nata
líquida,
la
salsa
Worcestershire,
cocemos
un
par
de
minutos,
retiramos
y
dejamos
enfriar.
Salpimentamos
el
solomillo.
Calentamos
una
plancha
o
sartén
grande,
añadimos
un
poco
de
aceite
y
sellamos
el
solomillo
a
fuego
fuerte
por
todos
sus
lados.
Retiramos
y
dejamos
enfriar.
Cuando
el
solomillo
y
la
duxelle
estén
fríos
procedemos
con
la
receta.
Extendemos
una
o
dos
láminas
de
masa
filo
en
la
mesa
de
trabajo
y,
sobre
ella,
extendemos
la
duxelle,
el
paté
de
foie
en
trocitos
y
espolvoreamos
con
tomillo.
Untamos
el
solomillo
con
una
capa
fina
de
mostaza
y
lo
colocamos
en
un
lado.
Envolvemos
con
la
masa
filo,
recortando
el
sobrante
de
los
laterales.
A
continuación
extendemos
el
hojaldre
sobre
una
hoja
de
papel
sulfurizado
y
colocamos
encima
el
solomillo.
Envolvemos,
dejando
la
unión
del
hojaldre
en
la
parte
inferior
y
cerrando
los
lados,
para
lo
que
nos
ayudamos
de
huevo
batido
.
Nos
ayudamos
de
huevo
batidos.
Pincelamos
toda
la
superficie
del
hojaldre
con
huevo
batido
(si
nos
sobra
hojaldre
podemos
decorar
con
tiras
u
otras
formas).
Transferimos
el
solomillo
a
una
bandeja
de
horno.
Cocemos
durante
30-40
minutos
(dependiendo
del
punto
que
queramos
dar
a
la
carne)
en
el
horno,
pre
calentado
a
210ºC,
colocando
la
bandeja
en
la
parte
inferior
del
mismo.
De
esta
manera
la
unión
del
hojaldre
se
sellará
rápidamente.
Dejamos
reposar
10
minutos
antes
de
cortar
y
servir.
Con
qué
acompañar
el
solomillo
Wellington
El
solomillo
Wellington
es
un
clásico
de
las
mesas
de
celebración
al
que
muchas
guarniciones
le
sientan
de
maravilla.
Delicioso
con
zanahorias
y
rabanitos
glaseados
al
horno,
pero
también
con
unas
patatas
asadas
con
mantequilla
al
eneldo
o
unos
tomates
confitados.
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