Soffritti: «La velocidad de transformación de la industria audiovisual es muy vertiginosa»

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Gastón Soffritti, titular de ACTA

Gastón Soffritti, titular de ACTA

 
Gastón Soffritti, actor y presidente de la flamante Asociación Civil de Trabajadores del Arte (ACTA) que impulsan jóvenes de distintas ramas de la industria, dijo que para reposicionar la ficción argentina son fundamentales «políticas públicas para incentivar la producción audiovisual en tiempos de plataformas y regulaciones acordes a las nuevas tecnologías».

«No creemos que venimos a empezar a hacer algo de cero, llegamos hasta acá porque tenemos una historia atrás y todo lo que hicieron quienes vinieron antes fue muy valioso, pero la velocidad de transformación de la industria es muy vertiginosa y es vital adaptarse», dijo Soffritti a Télam sobre las bases de la asociación de la que también forman parte el «Chino» Darín, Lali Espósito, Peter Lanzani y Julieta Nair Calvo.

Según el manifiesto publicado en https://www.trabajadoresdelarte.com, ACTA apuesta a «promover la creación de más y mejor contenido artístico en nuestro país» a través de «mesas de diálogo entre todos los agentes de la industria».

Allí, además, advierten que «si bien Argentina supo ocupar un lugar de relevancia mundial en la creación, producción y consumo de contenidos culturales de origen nacional en el pasado reciente, hoy en día, esa posición ha ido menguando por falta de adaptación a las nuevas necesidades y demandas de producción».

Partiendo de esa base, Soffritti explicó a esta agencia: «La asociación surgió en cuarentena cuando conversando con amigos y colegas empezamos a sentir que había algo que no estaba funcionando y, a la vez, haciendo un mea culpa porque no sabíamos sobre qué base estaba construida nuestra industria».

Y fue ese «mea culpa», en medio de un contexto de pandemia que amplificó la crisis preexistente en el sector y redundó en una producción nacional prácticamente parada, que los empujó a «investigar por qué la ficción argentina empezó a caer en picada».

La presentación en sociedad de ACTA esta semana, que se definió como «no partidaria, transversal, que hacen política pero política cultural e industrial», ocurrió días después de una carta pública de actores y actrices que reclamaban medidas para paliar la crisis del sector en la pandemia y que suponía un tiro por elevación a la Asociación Argentina de Actores, y generó ciertas suspicacias que Soffritti descartó de plano.

«Hubo mucho ruido dando vueltas y queremos aclarar que no hacemos una guerra contra Actores ni SAGAI (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes), a las cuales también pertenecemos y con las cuales ya nos juntamos», apuntó.

En ese sentido, explicó que ACTA es «simplemente un movimiento que arranca desde una generación invitando a las demás generaciones a repensar la industria y no se limita a actrices y actores, por eso se llama trabajadores del arte».

Télam: ¿Creen que el cambio de paradigma audiovisual y nuevas formas de consumo exige una mirada generacional?
Gastón Soffritti: Nosotros no creemos que venimos a hacer la revolución pero sí hay una mirada de esta generación que nació con Internet en la mano que tiene que ver con las plataformas. Yo, aunque laburo hace casi 20 años y me crié en la televisión tradicional, enganché la transición al streaming y hay algo de la velocidad de cambio y transformación a la que tenemos que adaptarnos y que no solo tiene que ver con la producción y las formas de consumo sino también de políticas públicas y regulaciones acordes a las necesidades que estas nuevas actividades piden.

T: ¿En qué situación está hoy Argentina en ese sentido?
GS: Hoy la actividad de las plataformas está enmarcada por el convenio de televisión, que es de 1975. Nosotros creemos que esa actividad necesita un convenio laboral nuevo, que la regule porque en esa época no existía internet y partiendo de esa base hay algo que está desfasado y creemos que debería ser regulado como una actividad nueva que no tiene absolutamente nada que ver con la televisión tradicional que conocemos porque las producciones requieren un tratamiento que si los grabás como tiras diarias te vas quedando afuera del mercado: hoy no compite Telefe contra Canal 13, competís contra Colombia, España.

T: ¿Encontraron algún ejemplo de legislación internacional que les parezca que vale la pena atender?
GS: Estudiamos varias, no nos quedamos con una sola pero sí hay ejemplos claros de algunas que les fue mejor, como España. Otros países que crecieron mucho en los últimos tiempos están mucho más atrasados que nosotros en materia de derechos, como Uruguay o Colombia, que recién ahora armó un sindicato de actores. Nosotros tenemos una historia de derechos que no podemos tirar a la basura pero entendemos que tenemos que seguir ganando otros nuevos derechos acorde a las necesidades.

T: ¿Qué proponen en el mediano plazo?
GS: Regulaciones y políticas públicas que tienen que ver con leyes que fomenten e incentiven la industria. Países de Sudamérica y del Primer Mundo tienen incentivos para las plataformas, por ejemplo el «tax-rebate», que es una devolución de un impuesto o el «cash rebate» que es otra herramienta. Colombia, Uruguay, Chile, España, Francia tienen esos incentivos y hay ejemplos muy claros de que no generan pérdidas al Estado; al contrario: una idea genera entrada de divisas genuinas al país. En Argentina de este laburo viven 27.000 familias y se van a generar muchos más porque también toca distintas aristas de otras actividades como el turismo. Nosotros tenemos un país increíble para mostrar muchísimos lugares y Turquía fue el claro ejemplo de cómo el crecimiento de esa industria rebotó mucho en el turismo.

T: ¿Y en el corto plazo, qué proponen?
GS: Hay una necesidad a corto plazo que es vital. Tengo muchos compañeros que la están pasando muy mal y necesitamos mínimamente protocolos acordes a las actividades y sabemos que hay mucha gente ocupándose de eso y no nos queremos pisar. Por eso, nuestra mirada es más a mediano o largo plazo, de construcción de la industria.