La soledad puede aumentar durante los meses de invierno, especialmente en las personas mayores a las que les resulta más difícil salir de casa. La soledad puede afectar a cualquier persona y las investigaciones han demostrado que puede ser extremadamente perjudicial para la salud de las personas. Cuando las temperaturas son más agradables es más fácil salir a calle, tener contacto con vecinos, dar un paseo largo al hacer la compra y demás tareas cotidianas. Sin embargo, con el frío y la lluvia se producen menos oportunidades para sociabilizar, pero no debemos quedarnos en casa ni aislarnos en esta época estival.
La diminución de temperaturas y de contactos sociales suele ir de la mano
Cada vez hay más personas mayores que viven solas, y algunas de ellas corren el riesgo de sentirse solas o asiladas socialmente. La soledad se asocia con muchos efectos nocivos de la salud como depresión, problemas de sueño, deterioro de la salud cognitiva, aumento de la resistencia vascular, hipertensión, estrés psicológico y problemas de salud mental.
La principal diferencia entre las personas jóvenes y los adultos mayores es la soledad emocional y la soledad social. Un niño está una gran parte del día rodeado de otros niños, por lo que ni está solo ni se siente solo. Con los adolescentes y los adultos jóvenes ocurre lo mismo.
El panorama cambia a medida que cumplimos años y aumenta el riesgo de estar solos (soledad social) o sentirnos solos (soledad emocional). Durante la primavera, verano y el otoño las temperaturas invitan a salir a la calle, lo que ayuda a sociabilizar más con otras personas, ya sea haciendo deporte al aire libre o cruzándote con vecinos al ir a por la compra.
En el invierno, y si además tenemos una edad avanzada, la soledad puede ser muy pronunciada, lo que puede afectar directamente a la salud. Procesos como la reducción de sus roles sociales después de la jubilación, la emancipación de sus hijos, la muerte de su cónyuge o pareja, la disminución de su salud o capacidad funcional y el impacto emocional de perder amigos, familia y compañeros hacen un cóctel peligroso que se agrava aún más con la soledad del invierno.
«Sofá, manta y peli» de vez en cuando está bien, pero no siempre
Muchos investigadores han situado la conexión social de las zonas azules como una de las principales causas de su longevidad. Las zonas azules son lugares donde hay mayor proporción de centenarios, como puede ser Okinawa en Japón. Sus vecinos tienen redes de apoyo para evitar estar solos y sentirse solos.
Aunque en invierno muchas veces apetece hacer pocas planes más que «sofá, manta y peli», eso puede conducir a un círculo vicioso en el que cada vez tengamos menos ganas de salir. Cuanto menos salgamos, menos luz natural tendremos y menos interacciones sociales tendremos.
En la era de las «redes sociales» estamos más desconectados que nunca, perdiendo relaciones sociales activas y los beneficios que tienen en nuestra salud. Además de no recibir luz solar, también nos volvemos más sedentarios y empeora nuestro estado de ánimo.
Lo que está en nuestra mano
Celebrar con amigos, iniciar actividades nuevas con personas nuevas para ampliar el círculo social y reírnos mientras dejamos de darle vuelta a nuestros problemas es la forma prevenir la aparición de alteraciones de salud mental y física.
Haz planes con amigos para forzarte a salir de casa con unas metas mensuales que pueden ser asistir a un número de conciertos al mes, interactuar con alguna persona nueva cada semana, llamar cada día a un amigo mientras paseas o cualquier actividad que se te ocurra.
Lo que no está en nuestra mano
En muchas ocasiones los planes se truncan porque a última hora se cancelan por frío o por lluvia. Otra veces buscamos a alguien para hacer algo, pero nadie está disponible. No es fácil salir y hacer más planes si no tenemos una red social amplia con la que contactar.
En muchas ciudades existen lugares para adultos mayores a las que pueden ir para «jugar la partida» y ver a otras personas. El problema es que esos adultos mayores no siempre se sienten acompañados, o solamente disfrutan de compañía durante ese tiempo.
Podemos iniciar una conversación una persona que detectemos que está sola, lo que será beneficioso para ella y para nosotros. Si conocemos a un vecino que puede estar en soledad, podemos ofrecerle nuestra ayuda para acompañarlo a alguna actividad o simplemente estar un rato con él.
Mensaje para llevar a casa
El invierno trae lluvia y temperaturas bajas, lo que hace que tengamos menos ganas de salir de casa y oportunidades para sociabilizar. La soledad, ya sea emocional (sentirse solo) o social (estar solos) genera efectos perjudiciales para la salud.
Existen determinadas acciones que están en nuestra mano para seguir conectados socialmente en invierno y seguir siendo activos haciendo planes fuera de casa. Los adultos mayores son los que más problemas de sociabilización tienen, así que los organismos competentes deben incitarlos a sociabilizar con diferentes actos y nosotros como vecinos echarle una mano cuando sea necesario.
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