El ser humano es un animal predominantemente visual. Nos apoyamos en nuestros ojos más que en cualquier otro sentido. Aun así, estos órganos son una de las partes más delicadas de nuestro cuerpo. Un solo golpe, una infección o un problema ocular pueden ser catastróficos.
En realidad, las enfermedades más graves del ojo no se pueden prevenir fácilmente. Sin embargo, eso no quita que no podamos llevar cierto cuidado para mantener una salud ocular adecuada. Aquí van algunas notas al respecto.
Antes de nada: los problemas graves no se pueden evitar
Para poder hablar con propiedad, es importante que no nos llevemos a engaño: tal y como explicaban, hace ya tiempo, en Ocularis, un proyecto divulgativo sobre óptica y optometría, los verdaderos problemas oculares no se pueden solucionar con los hábitos.
Las cataratas, la vista cansada, la degeneración macular o el glaucoma son independientes del esfuerzo visual, o del cuidado que tengamos, en gran medida. A excepción del glaucoma, que puede mejorar su pronóstico con un diagnóstico precoz, no existe manera de evitar su daño.
Dicho esto, sí que podemos evitar otros problemas como lesiones, conjuntivitis y otras cuestiones de corte diario, algo que nos ayudará en nuestra salud, aunque no prevendrá un problema grave. Esto se debe a que su origen es fisiológico y está determinado por factores que están fuera de nuestro control.
Siete consejos para cuidar nuestros ojos
Dicho todo lo anterior, que no quede en saco roto el conjunto de consejos que podemos tener en cuenta para nuestro día a día. Estos nos ayudarán a velar por la salud más inmediata de los ojos, así como a vivir con mayor comodidad y mejor.
Cuidado con la sequedad
Probablemente, el mayor problema al que nos enfrentamos con nuestros ojos es la sequedad. Los globos oculares están expuestos al aire, al polvo, al humo y a un sinfín de agentes externos. El resultado (uno de tantos) es la sequedad ocular.
La sequedad ocular puede ser molesta o abrir la puerta a una infección. En cualquier caso, la mejor manera de prevenirla es descansando los ojos, parpadeando mucho, manteniéndonos hidratados y, en caso necesario, usando un colirio. No todos son válidos ni positivos. Deberemos buscar lo que necesitamos. Normalmente, será suficiente con una «lágrima artificial».
Protege tu ojo de cuerpos extraños
Parece obvio, pero es sorprendente la cantidad de lesiones que puede ocasionar una mota de polvo o una pequeña esquirla. Especialmente cuando estas entran con fuerza. Lo más inmediato es buscar asistencia para retirarla sin percance, ya que dentro del ojo podría provocar un desgarro.
Para evitarlo, es imprescindible usar gafas de protección en los entornos laborales. También es conveniente usar gafas de sol o similares en días de viento, aunque con el humo poco podremos hacer. En general, el cuidado contra cuerpos extraños es muy importante, y también sencillo de llevar a cabo.
Si practicas deporte, ten en cuenta esto
Un solo golpe, especialmente si es cortante, es suficiente para arruinar un ojo. A pesar de que los huesos del cráneo están destinados a cuidar del globo ocular, lo cierto es que hay que llevar especial cuidado cuando practicamos deporte, especialmente si es de contacto, aunque también con los deportes de pelota.
Los peligros pueden conllevar desde un desde un desprendimiento de retina, a una sección o un estallido ocular que podría acabar con una pérdida total. ¿Cómo nos protegemos? En el caso del gimnasio, evitando los movimientos bruscos de cabeza y golpes. En natación, es importante evitar el contacto constante con el cloro y otros productos que pueden ser perjudiciales.
Si practicamos deportes de contacto o con pelota, unas gafas podrían ayudarnos a evitar una desgracia. En el caso de los deportes con nieve, el exceso de radiación, por reflexión, podría causar algún problema, así que es conveniente usar gafas de sol.
Evitemos la fatiga visual
El segundo gran enemigo que podemos encontrar en nuestro día a día es la fatiga visual. Esta se produce como consecuencia de un cansancio muscular de ojo, cuya conformación es la de una máquina de precisión. Para poder combatir la fatiga visual solo tenemos que descansar la vista cada cierto rato, evitar mucho tiempo de vista cercana, que provoca un mayor trabajo al ojo y evitar el esfuerzo mantenido.
Descansa
Y no solo nos referimos a la vista: descansa. Duerme. Dormir es necesario para mantener una buena salud y sensación ocular. Si no descansamos bien tendremos más facilidad de sufrir fatiga visual y otros problemas similares. Dormir un número de horas adecuadas nos ayudará a que esto no ocurra, entre otras muchas cosas.
Mantén una buena higiene visual
Para evitar la gran mayoría de problemas descritos, es conveniente tener una buena higiene visual. ¿Eso qué significa? Por ejemplo, es bueno mantener una iluminación correcta, que no nos obligue a enfocar forzando la vista; que mantengamos una postura adecuada ya que el cansancio muscular de la espalda puede provocar una fatiga visual; y que pausemos de vez en cuando, permitiendo que el ojo se relaje, cada una o dos horas como mucho.
Con esta higiene visual podremos evitar en gran medida la fatiga de la que hablábamos. No es necesario, ni aconsejable, usar gafas «para la fatiga visual», ni nada por el estilo. Los problemas básicos de visión se solucionan con una buena higiene visual.
Cuida tu alimentación
Para el correcto funcionamiento del ojo es necesario disponer de algunos nutrientes tales como vitamina A, vitaminas del grupo B, vitamina C, vitamina E, zinc, ácidos grasos esenciales…
Sin estos elementos, los tejidos oculares no pueden mantenerse de manera adecuada, algo imprescindible en la conservación de la salud ocular. Un déficit en alguno de ellos puede desencadenar problemas graves de visión, aunque suelen comenzar con la fatiga y otras manifestaciones menores.
La vista no se desgasta
Como corolario, es imprescindible resaltar que la vista, en realidad, no se desgasta. No podemos evitar las enfermedades oculares porque, en realidad, no son consecuencia de nuestro comportamiento. Enfermedades como la degeneración macular, la miopía, el glaucoma… no son evitables.
El hecho de forzar la vista, hasta donde las evidencias científicas existen, no se relaciona con una mayor probabilidad de sufrir una enfermedad ocular, por ejemplo. Insistimos en que eso no quiere decir que no sea necesario conservar una buena higiene visual, pero es importante ser conscientes de hasta dónde nos ayudarán nuestros esfuerzos.
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