Si las empresas quieren que volvamos a las oficinas contentos este experto tiene claro cómo: tienen que explicarnos para qué

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La
disputa
entre
seguir
teletrabajando
o
volver
a
las
oficinas
tiene
dos
posiciones
muy
claras
por
todo
lo
que
llevamos
viendo
en

estudios
,
investigaciones,
entrevistas
que
desde
Genbeta
hemos
realizado
o

declaraciones
de
trabajadores
y
de
directivos
.

Como
hemos
visto
estos
días
con

la
decisión
de
Amazon

de
dar
carpetazo
al
teletrabajo,
las
empresas
y
los
jefes

se
decantan
por
la
vuelta
a
los
despachos

y
muchos
de
los
empleados
creen
que

hacer
sus
tareas
desde
casa

es
más
beneficioso.
El
problema
que
ven
muchas
personas
es
que
no
entienden
qué
pueden
hacer
en
la
oficina
que
no
hagan
desde
casa,
mientras
que
el
desplazamiento
a
diario
a
su
puesto
de
trabajo
les
quita
horas
de
su
vida
personal.

Y
aquí
aparece
un
concepto
por
el
que
abogan
muchos
expertos.
En
inglés
es «flexibility
with
intentionality».
Es
decir,
implementar
una
flexibilidad
(por
ejemplo,
trabajo
híbrido
que
es
la
forma
que
se
está
llevando
la
palma
en
todo
el
debate)
y

siempre
haciendo
entender
a
los
empleados
el
por
qué
de
esa
forma
de
trabajar
.
La
intencionalidad,
el
fin
de
tener
que
ir
a
una
oficina
o
no.

La
importancia
de
hacerse
entender

Un
experto
en
recursos
humanos
que

daba
las
claves
para
que
los
empleados
vayan

contentos
a
la
oficina:
una
de
ellas
era
recordar
a
la
gente
la
importancia
de
trabajar
en
equipo
y
dar
herramientas
para
que
esa
colaboración
realmente

frutos.


Sander
van
‘t
Noordende
,
CEO
de
Randstad
explica
cómo
pueden

lograr
los
empleadores
un
equilibrio
óptimo
que
se
ajuste
a
los
deseos
de
su
gente

y
al
mismo
tiempo «preserve
la
innovación
y
la
productividad»
(es
decir
que
con
esto
ya
podemos
entender
que
quien
habla
está
del
lado
de
los
que
creen
que
la
innovación
llega
con
el
trabajo
en
equipo,

algo
que
incluso
Zoom,

la
reina
de
las
videollamadas,
comparte).

Las
políticas
basadas
en
la
flexibilidad
con
intencionalidad
probablemente
prevalecerán
como
las
más
efectivas
y
populares.
Esto

se
logra
abordando
las
necesidades
de
la
fuerza
laboral

de
una
manera
que
también
promueva
la
cultura,
el
desempeño
y
el
compromiso.

Como
director
ejecutivo,
dice
el
líder
de
Randstad
que
es
importante
que
un
jefe
deje
claro
que
la
asistencia
presencial
es
necesaria
cuando
se
requiere
trabajo
sincrónico.
Y
que,
por
el
contrario,
las
tareas
asincrónicas
pueden
realizarse
mejor
en
casa,

donde
los
empleados
pueden
concentrarse
y
reflexionar
con
menos
distracciones
.
En
la
mayoría
de
las
organizaciones,
esto
probablemente
significará
semanas
laborales
híbridas.

Para
ser
un
buen
líder
hay
que
respetar
los
deseos
del
empleado

Una
investigación
realizada
por
esta
misma
empresa
concluye,
entre
otras
cosas,
que
el
deseo
de
la
gente
de
lograr
un
equilibrio
saludable
entre
el
trabajo
y
la
vida
privada
aumentó
considerablemente
después
de
la
pandemia,
afirmando
una
larga
tendencia
que
Randstad
ha
documentado
durante
los
últimos
20
años.

De
hecho,
hay
datos
de
Workmonitor

que
revelaron
que

el
78%
de
los
trabajadores
encuestados
dijo
tener
un
buen
equilibrio

entre
el
trabajo
y
la
vida
personal,
y
la
mayoría
no
aceptaría
un
nuevo
trabajo
si
esto
impactara
negativamente.

Los
empleadores
deben,
por
tanto,
crear
políticas
claras
y
 alineadas
con
los
deseos
de
sus
equipos
si
quieren
que
la
gente
vuelva
a
la
oficina
sin
quemarse
en
el
proceso.

La
empresa
Modern
Tribe

dice
regirse
por
este
concepto

y,
dicen
que
su
experiencia
les
lleva
a
afirmar
que
una
buena
relación
entre
flexibilidad
e
intencionalidad
a
la
hora
de

construir
una
organización
resulta
en
miembros
del
equipo
felices
y
satisfechos
.

Tenemos
casos
como
el
de
Amazon,
en
el
que

la
plantilla
está
muy
disconforme
con
las
decisiones
de
sus
jefes
,
porque
se
sienten
engañados.
Y
por
lo
que
apuesta
Randstad,
que
es
una
empresa
de
recursos
humanos
que
funciona
como
intermediaria
entre
gente
que
busca
empleo
y
empresas
que
quieren
personal,
es
por
dejar
claro

el
motivo
de
volver
a
la
oficina
.

Imagen
|
Foto
de

Slidebean

en

Unsplash

En
Genbeta
|

Los
trabajadores
jóvenes
son
la
generación
a
la
que
menos
le
importa
el
salario.
Pero
valoran
mucho
otras
cosas
de
una
empresa