La situación es extraña, contradictoria, emocionante. Porque estamos en un auditorio de Belgrano, envueltos en la penumbra y a punto de escuchar un disco póstumo de Luis Alberto Spinetta titulado Ya no mires atrás, luego de ser invitados formalmente por la multinacional Sony Music.
Pero apenas larga el primer track de la obra, que se publicará el jueves, a modo de celebración por el 70° cumpleaños del Flaco, se viene a pique todo cinismo. O todo atisbo de desconfianza hacia una industria que desatendió a este artista en vida pero que lo exalta en ausencia.
Es que lo que suena tiene altos estándares en todos los aspectos, y se presenta con una tapa diseñada por el mismo creador, que además de músico insular e impredecible era un dibujante extraordinario.
Es decir, a diferencia del precedente de Spinetta y Los Amigo (2015), con material de divertimento de entrecasa concebido junto a Dhani Ferrón y Rodolfo García, Ya no mires atrás estaba pensado para salir a la luz.
Spinetta aspiraba a publicar este material encontrado por sus hijos en un pendrive.
Aníbal “Vieja” Barrios, histórico asistente de Luis, lo confirma al ser consultado por VOS: “Sí, este era un disco que él quería publicar pero que no salió en su momento por diferentes circunstancias. La versión final me gusta porque la mezcló Mariano López”.
“Si venía Cata (por Catarina Spinetta, hija de Luis y máxima protectora de su legado) o quien sea y me decía que este trabajo lo iba a hacer otra persona, no hubiera estado de acuerdo. Mariano entiende como nadie la música de Luis”, añadió.
Ya no mires atrás, entonces, queda en la discografía spinetteana como el segundo título póstumo, pese a que su material fue compuesto y producido mucho antes del primero (en algún momento del segmento temporal que separó a 2008 de 2009) y con la última banda de acompañamiento de Spinetta. Hablamos de la formación que completaban Nerina Nicotra (bajo), Sebastián Verdinelli (batería), Juan Carlos “Mono” Fontana y Claudio Cadone (teclados).
Aquí está la razón de por qué “lo nuevo” de Spinetta suena como una continuación natural de Un mañana (2008), el extremo en vida de una discografía siempre sinuosa y singular.
Y es así ya desde el título, consecuente con esa máxima spinetteana “Mañana es mejor”, instituida en 1973 en ese Everest conocido como Artaud.
Antes de la reproducción del tracklist de siete temas, Damian Amato, por el sello editor, y Catarina Spinetta, como máxima responsable de la administración del legado de su padre, ofrecieron unas palabras con el fin de ampliar una información que ya se había filtrado en foros.
Amato confirmó la fecha de publicación, aunque aviso que la edición en vinilo demorará unas semanas más, ya que está a la espera de un chiche de diseño a cargo de Alejandro Ros.
“Después de haber hecho Un mañana, es evidente que su fluir creativo seguía”, dijo Catarina, a su turno.
Y agregó: “Además, al vivir en su casa – estudio La Diosa Salvaje tenía toda la libertad de seguir grabando y experimentando. Entonces, en un pendrive encontramos dos joyas que hizo para Grace Cosceri, la cantante que lo acompañó en ese período: Diadema y Luces y sombras… Para esta última, Ale Franov, que compuso la música, nos ayudó a en el hallazgo”.
Catarina Spinetta, reveló que con sus hermanos también se toparon con una carpeta mágica, que tenía todo el arte digital que Spinetta había creado para esta obra. “Tratamos de interpretar lo que quería hacer con este material que ya había dejado listo”, señaló.
E inmediatamente aclaró que los rapeos del tema Merecer, realizados por sus hermanos Dante y Valentino, no fueron añadidos sobre un original.
Luego de la presentación formal, Catarina Spinetta aceptó un diálogo con VOS.
Catarina posa junto al banner con la tapa de “Ya no mires atrás”. La ilustración es de su padre. (Instagram)
-¿Cómo se dio el hallazgo del pendrive que reveló este disco?
-En realidad, el pendrive es el mismo que quedó en nuestro poder cuando él se fue. Lo escuchamos en ese momento, no es algo reciente. Eso pasó con cinco de los temas. Las excepciones son Luces y sombras y Diadema, que sí fueron producto de un hallazgo más reciente. Fueron escritos para Grace Cosceri y Ale Franov, que es amigo y estuvo acá hace un ratito. Él me dijo “Cata, fíjate Diadema, capaz que encontrás el multitrack”. Bueno, lo encontré. Y después se acordó que existía otro. “Fijate si encontrás Luces y sombras también”. Y entré rastrear los discos rígidos con Mariano López a full y ¡¡¡estaban!!! Pero el resto de los cinco temas los encontramos al toque que él se fue, y junto con el material de Spinetta y Los Amigo que estaba en otra carpeta. Primero había que sacar lo de Los Amigo, que era lo último que había hecho…Y nos reservamos este material para este momento tan especial. Cada cosa tiene su momento. Por otra parte, nos pareció oportuno hacer el adelanto de Ya no mires atrás (la canción) en el Bios de National Geographic.
-¿Qué trabajo se hizo después del hallazgo?
-Lo que se hizo con el material fue completarlo; es decir, se hicieron la mezcla y la masterización, y se añadieron algunos arreglos que Claudio Cardone y el Mono Fontana sabían que faltaban. Pero el resto estaba cocinado. Los temas ya estaban cocinados y hasta en inscriptos en Sadaic.
-Tenés la responsabilidad de administrar un legado muy preciado para la cultura nacional. ¿No te abruma?
-Soy exigente con todo, en realidad. Y con lo que tiene que ver con la obra de papá, en una labor conjunta con mis hermanos, ese rasgo se acentúa. Siento una responsabilidad muy grande. Pero a la vez, pienso en él, y en las cosas que hablábamos y me decía, y tomo esta responsabilidad con mucho amor y con la determinación de hacerlo con felicidad. No creo que él quisiera que fuera de otra manera. Él no querría que esto me estrese o me preocupe.
-Luis tenía una relación tensa con la industria discográfica, un sector que hoy lo está apreciando. ¿Tenés conflictos con eso?
-Trato de acomodar todo, siempre. Trato de que su obra esté completa en todos los sentidos. Emprolijamos cuando hay que emprolijar. Nuestra intención es mantener su obra de la mejor manera posible para que la gente pueda seguir escuchándolo.
-¿Hay más material nunca antes escuchado por revelar?
-Inédito, no tanto. Quizás más adelante salga algo relacionado a otras versiones, demos, rarezas. Inédito, inédito, acá está la carne del asado.
El disco, tema por tema
A continuación, las primeras impresiones sobre las canciones de Ya no mires atrás, con el cronista anotando detalles y garabateando letras en penumbras y en tiempo real.
1) Veinte ciudades. Es un tema pop, luminoso, entrador. Bailable, incluso. Tiene buen groove y una letra amorosa que se permite la línea “con tus propios ojos ves lo hermosa que sos”. Se va en fade out.
2) Ya no mires atrás. Es la canción que ya se había insinuado en el documental Bios, de Nat Geo. Es un medio tiempo funky con voces dobladas y enrarecidas, que empoderan este inflador anímico: “Ya no le temas a la distancia que te aleja de tus sueños”.
3) Agua de río. Otro medio tiempo hipnótico, sólo que alude más a lo sugerido que a lo explícito. O que ejercita la sensación de que el lenguaje tiene un gran doblez. Hay que oírle a Spinetta cantar “dice que lo no dice/ es la palabra que te engaña”.
4) Luna nueva/ Mundo Arjo. La tocó con Jade durante mucho tiempo pero no la había publicado. Aquí la presenta empoderada por una nueva visión, pero que preserva las atmósferas del Mono Fontana. En un tramo, la letra refiere a “una dulce oración en el plexo solar”.
5) Merecer. Tiende a la balada, pero crece en intensidad hasta preparar el terreno para un inspirado contrapunto rapero entre Dante y Valentino. Aquí, el amor es todo: en un mismo verso, está presentado así, como sustantivo, y unas palabras después se convierte en gerundio. En rigor, Spinetta canta algo aproximado a “quiero el cielo de tu amor/ para vivir amándote hasta el fin”.
6) Luces y sombras. Comienza un tramo final en el que el tecladista Alejandro Franov, único músico participante presente en el evento, comienza a hacerse fuerte. Y a revelar que por entonces empezaba una interesante relación estética con el Flaco. Aquí, entre texturas alucinógenas y ritmo sosegado, Spinetta la va de amante quejoso: “no sé cómo decirte/ me cansé se servirte así”.
7) Diadema. Lo más hermoso del disco es este ejercicio de experimentación sublow, también con Alejandro Franov como interlocutor. En el desarrollo, se hace difícil no lagrimear cuando Spinetta alude a “una llama de eternidad; o no flashear cuando se desplaza, cual serpiente por la sala, por “la curvatura del brillante mundo que ves”.
Fuente: vos.lavoz.com.ar