El próximo día 8 de mayo se cumple el aniversario de la puesta en marcha del registro de la jornada laboral en las empresas de forma obligatoria, sin importar tamaño o dónde trabajan sus empleados. Las organizaciones tenían dos meses de gracias para organizar cómo se ponía en marcha. Como siempre muy pocas se lo tomaron en serio. Pero ya se cumple un año de la entrada en vigor del registro horario en la empresa.
Una obligación muy controvertida para las empresas ya que añade más trabajo. En algunos casos también un gasto ya que se necesita realizar una inversión. En definitiva, una obligación burocrática más, pero que no supone ningún beneficio. No son horas facturables. En todo caso solo suposo anticiparse en unos meses a una obligación que nos venía impuesta por Europa.
¿De verdad era necesario el registro horario?
¿Por qué se pone en marcha el registro horario? ¿De verdad era necesario? Lo cierto es que se impone como una fórmula para que Inspección de Trabajo pueda contar con elementos probatorios a la hora de poner límites a:
- Las horas extras trabajadas y no declaradas, es decir, pagadas en negro. No constan en ningún sitio y no se tributa por ellas. En muchos casos tampoco se contrata más personal que sería necesario porque la norma es hacer estas horas extras.
- Horas que se realizan para llegar a cumplir con una política de incentivos.
- Peor todavía es el caso donde las horas extras se realizan pero ni siquiera se pagan.
- Contratos a tiempo parcial que resultan ser a tiempo completo.
Más burocracia para las empresas
Para las empresas ha supuesto una adaptación más o menos traumática. Muchas de ellas han adoptado la solución más mecánica y más trabajosa. Se realiza el registro de forma manual mediante firma en la hoja de horas del trabajador. Otras han tenido que buscar otras soluciones más imaginativas, sobre todo a medida que aumenta la complejidad de la organización.
El registro de jornada da una visión más real de si nuestro trabajo se adapta o no a las horas que tenemos que realizar por contrato
No todos los empleados estaban de acuerdo. En algunos casos vieron como dejaba de computarse como tiempo de trabajo determinadas pausas que hacían cada día para tomar el bocadillo o salir a fumar. Y en algunos casos se dieron cuenta que ese trabajo por objetivos les suponía muchas más horas de las que podría parecer.
Muchas que tenían centralizado a su personal apostaron por un sistema de registro mediante huella dactilar o código. Otras buscaron soluciones en la nube para poder fichar tanto desde la oficina, como desde el móvil o si estamos en casa. Lo cierto es que existen fórmulas muy abiertas para todo tipo de empresas.
Lo cierto es que a pesar de tener establecido ya un régimen de sanciones no se han destapado casos ejemplarizantes. Desde el primer día Inspección indicó que no se realizarían visitas solo para comprobar el registro horario, sino que sería una más de las cuestiones a comprobar durante las mismas. A pesar de que existe un régimen sancionador al respecto que puede suponer multas de más de 600 euros. Pero para muchas de las empresas hoy en día es el menor de sus problemas..
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