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”El holocausto del pueblo judío a manos de los nazis es el mayor genocidio que sufrió la humanidad” sostuvo el gobernador.
El 80 aniversario del heroico acto de resistencia fue recordado con una ceremonia en el Teatro del Libertador San Martín.
El titular de la DAIA le obsequió a Schiaretti un reloj que lleva grabada una bendición para el hogar.
El gobernador de la Provincia participó este martes del acto central conmemorativo del 80 aniversario del levantamiento del gueto de Varsovia que se realizó en el Teatro del Libertador San Martín.
Reivindicó Schiaretti el ejercicio de la memoria. ”El tema no es solamente aquellos que formaban parte de las filas del partido nazi, en la Alemania de Hitler, sino el problema es que gente común y corriente, vecinos de los judíos masacrados, participaron de esa locura de muerte y de destrucción de otro ser humano”.
Y añadió: «Hay que recordar para evitar el riesgo es de que personas comunes y corrientes no solo una secta de fanáticos, participe de esa borrachera de dolor y muerte, como sucedió durante la Segunda Guerra Mundial”.
En todo el mundo se conmemora por estas horas lo ocurrido en Varsovia. El 19 de abril de 1943, las unidades de las SS alemanas que avanzaban se encontraron con una resistencia inesperada. Los jóvenes judíos sabían que no tenían posibilidades porque carecían de armas, alimentos y apoyo. Pero resistieron durante tres semanas y libraron una encarnizada batalla que es uno de los máximos símbolos de resistencia.
En otro pasaje de su alocución, el gobernador Juan Schiaretti señaló que es necesario rendir homenaje a los protagonistas del levantamiento del gueto.
“Porque ellos, en realidad sabían que no sólo luchaban contra una de las maquinarias bélicas más poderosas, sino que conocían de su enorme inferioridad para pelear. Y sin embargo, ellos pelearon y lucharon”.
En el transcurso de la ceremonia el titular de la delegación Córdoba de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) Adrián Ganzburg agradeció al gobernador que durante todo su mandato haya tenido una actitud receptiva hacia la problemática de la comunidad judía.
Por ese motivo le obsequió un reloj que tiene grabada una bendición con un sentido deseo.
Ganzburg explicó a todos los presentes que el reloj dice “que sea este lugar, tabernáculo tranquilo para la paz, el amor, satisfacción, alegría, bendición y éxito, resuene la voz de la Torá y que repose la presencia divina».