Santo parto

0
510

Sebastián González mete un repiqueteo digno de Rubén Magnano post palomita de Manu en Atenas 2004 y se va festejando al túnel que lleva a los vestuarios. Lucas Faggiano descarga la frustración de otro juego a contramano y se abraza con todo compañero que se cruce. Coco Mainoldi, sin uñas por comer mientras sufre desde afuera por su lesión en la espalda, se une como puede. Las imágenes del lado de San Martín son claras. Es el festejo en forma de desahogo por darse una vida más en una serie donde no encuentra la cara candidato que supo ser toda la temporada. Y del otro lado, es la desilusión por ver cómo se escapó de las manos un triunfo que hubiese sido el golpazo de estos playoffs.

El cierre de anoche en La Bombonerita es un buen resumen de esta serie a puro nervios. Y, como tal, no podía definirse de otra forma que en un quinto partido. Será mañana en Corrientes después de que San Martín metiera un 75-74 en la casa de Boca que fue como un parto, que podía haber quedado para el dueño de casa y que volvió a tener un cierre con algo de polémica.

¿Por qué pudo haber quedado en casa? Porque el Xeneize volvió a hacer de su trabajo defensivo un arma que les comió la cabeza y las ideas a los correntinos, que fueron más choque que juego. Y eso que habían comenzado con mucha paciencia para quedar 20-11. Pero los de Narvarte se acomodaron rápido y aparecieron varias respuestas: Pérez en el 2º (9), un buen rato de Gargallo (5), la lucha de Fierro (7), la constancia de Boccia y Lampropoulos y las corridas del 3º para sacar ocho (56-48) a los 27m20.

¿Y por qué aguantó el Santo? Fue clave su carácter para evitar que la frustración lo quebrara. También la paciencia, como la de García para anotar 5 en el 4º dejando atrás los problemas de faltas; o la de Faggiano, que pese a no encontrar el aro (0-7) pudo generar (9 asistencias) y se conectó bien con Wood, vital en momentos chivos (16) junto a Hicks (20) y Aguerre. Y se llegó al palo y palo. Un doble de Hicks puso el 74-71 a 53s, pero Lampropoulos lo empató con triple a 37.6s. Keenan, que desgastó con su potencia al final, metió 1-2 libres a 18.6 (falta del griego en el rebote). Y llegó la polémica: Gamboa recibió falta y eran libres, pero -tras ir al video ref- los árbitros cobraron también un codazo de él a Hicks. Falta cruzada y Boca tuvo una más, que Gargallo no pudo convertir. Y parió el Santo.

La síntesis del partido

La síntesis del partido

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here