Cuando
apareció
la
primera
imagen,
al
fin,
de
Maximiliano
Salas
en
River,
el
detalle
le
piantó
un
lagrimón
a
más
de
uno:
allí
se
confirmaba
que
el
correntino
iba
a
usar
el
dorsal
#7.
Un
Salas
con
la
7
del
CARP,
otra
vez.
Entre
Curuzú
Cuatiá
y
Temuco
hay
poco
menos
de
2.000
kilómetros
de
distancia,
pero
la
referencia
era
obvia:
el
apellido,
el
número
en
la
espalda,
delantero,
zurdo.
El
match
entre
Maxi
y
Marcelo,
el
Matador,
lo
terminó
de
hacer
el
único
refuerzo
que
llegó
al
club
en
este
mercado:
a
los
39’
del
PT
con
Platense
el
Gordo
metió
su
primer
gol
con
la
Banda
y
para
festejar
clavó
una
rodilla
al
piso
y
apuntó
hacia
arriba
con
el
índice.
Sí,
algo
así
como
la
Z
del
Zorro
para
el
chileno,
su
marca
registrada.
Y
el
círculo
terminaba
de
cerrar.
Y
como
Marcelo,
el
ex
Racing
hizo
un
gol
en
su
debut
como
titular
(el
MS
original
arrancó
entre
los
11
contra
Boca
en
la
Bombonera
y
la
clavó
de
derecha
por
el
Apertura
96).
Un
golazo
fue
el
de
Maxi,
que
arrancó
jugando
en
una
posición
en
la
que
no
es
especialista,
como
punta
de
lanza,
de
centrodelantero
en
un
4-3-3:
Castaño
lo
buscó
a
Subiabre,
el
pibe
recortó
hacia
adentro,
tiró
una
pared
con
el
colombiano,
buscó
a
Salas
que
rebotó
de
primera
para
Lencina,
que
también
sin
controlar
abrió
para
un
Colidio
que
de
zurda
metió
el
centro
para
que
la
empujara
el
punta.
Un
gol
made
in
Gallardo
que
el
delantero
gritó
con
bronca,
como
un
desahogo
después
de
una
transferencia
traumática
y
a
24
horas
de
que
el
Cilindro
lo
tratara
de
“traidor”.
“Lo
que
pasó
ya
está,
ahora
estoy
en
un
proyecto
nuevo
y
hay
que
seguir
así”,
dijo
al
respecto.
“Feliz,
es
lindo
arrancar
con
un
triunfo
que
nos
da
confianza
para
seguir
laburando.
Hay
que
dejar
todo,
eso
está
asegurado,
después
si
se
da
el
gol
o
no,
es
secundario”,
amplió
post
3-1.
El
gol
del
2-1
fue
el
punto
más
alto
del
partido
de
Salas,
que
aún
algo
incómodo
como
9
(cuando
ingresó
el
Pity
en
el
ST
enrocó
con
Colidio)
tuvo
grandes
descargas,
se
asoció
bien
y
peleó
cada
pelota
como
si
fuera
la
última,
con
una
presión
alta
que
el
CARP
no
tenía:
el
Gordo
fue
el
primer
defensor,
contagió
arengando
a
sus
compañeros,
se
ganó
aplausos
y
casi
festeja
el
segundo
con
una
media
vuelta
que
le
sacó
muy
bien
Cozzani.
Sí,
un
debut
soñado
para
el
correntino
en
el
Monumental.
A
lo
Matador.