Rociíto ha tardado 10 capítulos de docuserie en volver a sonreír, pero por fin ha soltado alguna que otra mueca que dejaba entrever un atisbo de felicidad. Porque, tal y como ha remarcado el programa al inicio de este episodio titulado ‘Vibro’, «culpar a una persona deprimida por mostrarse feliz es negarle el derecho a la recuperación».
Rocío Carrasco ha sonreído al recordar el resurgir de sus cenizas como presentadora de ‘Hable con ellas’ con compañeras como Alba Carrillo, Sandra Barneda o Yolanda Ramos, personas que han continuado en su vida en calidad de amigas, pero también ha dado ciertos síntomas (nostálgicos) de felicidad al definir a su hijo pequeño como un niño «cariñoso, zalamero y muy gracioso».
Aunque sin duda, el momento que más feliz ha hecho a Rocío en su historia reciente ha sido su bodorrio con Fidel Albiac, de los de acabar bebiéndose hasta el gel hidroalcohólico (chiste actualizado a la pandemia) y con la corbata en la cabeza, a pesar de la ausencia de su hijo David Flores.
Rocío Carrasco ha explicado que junio de 2016 fue el último mes en que David y ella iban a estar juntos antes de la celebración. Tal y como tenían acordado, el niño pasaría los meses de julio y agosto para hacer coincidir el mes que le tocaba a la madre con el día de su boda. Pero no fue así.
El 23 de junio de 2016 fue la última vez que vio, abrazó y besó a su hijo, con el que no pudo compartir ni un poquito de tarta en uno de los días más especiales de la vida de Rocío Carrasco:
«Esos últimos minutos fueron él con su mochila sabiendo que se iba con el padre todo el verano y que cuando el padre lo trajera él iba a la boda de su mami y de Fidel. No tengo que invitar a mi hijo a la boda. Él era parte de la boda», ha asegurado Rocío con el corazón en un puño.
Preciosas imágenes de la boda de Rocío Carrasco 🥺❤️ #RocioVerdad10 pic.twitter.com/WdCuljGq3V
— GOSSIP Boy 💫✈️ (@JuanjoElCotilla) May 12, 2021
Rocío Carrasco y Fidel Albiac han cedido al programa las imágenes del día de su bodorrio, ese que se permitieron hacer un manchurrón de color y felicidad entre tanta amargura y modificaciones judiciales.
En ellas, se puede apreciar como los novios nunca perdieron la esperanza: mantuvieron intacto el asiento donde debería haber estado sentado David Flores disfrutando de la ceremonia y vistiendo el traje que se quedó sin estrenar en el armario, tal y como ha avanzado Carlota Corredera al inicio del programa.
Encima, su silla reservada estaba junto a un niño más o menos de su misma edad y justo delante de Carmen Borrego, una tortura para cualquiera de ‘Viva la vida’, sí, pero una alegría para David ya que, según Rocío, el niño adoraba a las Campos, especialmente a María Teresa.
¡Qué emocionada estaba la Potota en esas imágenes de la boda! No sé si lloraba por la felicidad de su amiga o porque sabía que se avecinaba el momento tarta (con la fobia que les tiene desde Payasín).
El mismo día que Rocío Carrasco y Fidel se dieron el ‘sí quiero’, ‘Lecturas’ publicaba una portada donde Anthony Deivid Flowers volvía a encargarse de dejar a su ex como la mala madre de España: «Mientras ella se casa, sus hijos lloran», titulaban cuando costaban 0’50 cts menos y pixelando la cara del peque David llorando desconsolado abrazando a su padre, ese que le había castigado sin natillas de postre y sin ver a su madre nunca más.
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La noticia Rocío Carrasco reservó el asiento (vacío) de su hijo David Flores el día que se casó con Fidel: «No tenía que invitarlo a la boda, él era parte de ella» fue publicada originalmente en Poprosa por Darío del Alcázar .