Al otro lado de los Pirineos, la gendarmería francesa se ha hecho con 26 unidades del Alpine A110 para equipar algunas de su brigadas de intervención rápida.
Las fuerzas policiales y los deportivos utilizados como coches de intervención rápida siempre han llamado la atención. A menudo se han usado como simple objeto de comunicación, pero está vez no se trata solamente de un efecto publicitario.
La Gendarmerie ha decidido completar la sustitución de sus Renault Mégane RS de tercera generación, con muchos kilómetros, años e intervenciones a sus espaldas (llevan en servicio desde 2011), con estos Alpine A110.
En concreto, la marca gala entregará 26 unidades del Alpine A110 Pure. Equipa el motor de 252 CV y 320 Nm, acelera de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y alcanza los 250 km/h de velocidad máxima.
«Estos vehículos permitirán a las fuerzas del orden realizar intervenciones en la autopista, en las que estén implicados coches que infringen la ley a gran velocidad, en el marco de misiones de seguridad vial o de policía judicial (tráfico de drogas, por ejemplo). Dos de ellos se dedicarán a la formación de intervención rápida», explica el comunicado oficial.
Lavado de imagen gracias a Alpine
Así, las brigadas de intervención rápida reciban 24 Alpine A110 (dos se quedan para labores de formación) que se unen a los 17 SEAT Leon CUPRA de 290 CV que fueron entregados a finales de 2020, no sin cierta polémica, por cierto. Y es que los coches rápidos de intervención de la Gendarmerie casi siempre fueron modelos de marcas francesas.
Este cuerpo del Ejército de Tierra tuvo modelos tan emblemáticos, como el Matra Djet 5S, los Alpine A110 (el de 1962-1977) y A310, Citroën SM, Renault 21 Turbo o Renault Mégane RS. La excepción la forman los 69 Subaru Impreza WRX a principios de la década del 2000.
La elección de los Subaru fue entonces criticada por haber optado por coches que no eran franceses y además por ser excesivamente caros y de un mantenimiento todavía más caro. Los responsables tomaron nota y optaron por un modelo de mantenimiento mucho más comedido, los Leon CUPRA. Pero el problema es que no son de una marca francesa.
De todos modos, la adquisición de los 17 Leon CUPRA fue solo un parche. Se buscó un modelo económico, tanto en compra como en mantenimiento. De hecho se compraron justo cuando ya se había presentado el nuevo CUPRA Leon.
Eran unas unidades que quedaban en stock, pues nunca iba a ser un contrato para toda una flota. El objetivo era sustituir casi con urgencia a los Mégane RS accidentados y los más antiguos. A modo de ejemplo, uno de esos Mégane RS fue vendido con 285.000 km en su haber. Y nos podemos imaginar como fueron esos km…
Así, con la adjudicación de estos Alpine A110, la Gendarmerie lava su imagen con el público francés, tras haber comprado de nuevo un modelo extranjero y se marca su pequeño efecto publicitario volviendo a tener en sus filas un Alpine A110.
Aun así, tiene que sustituir un total de 65 Mégane RS. Entre los 17 Leon CUPRA y 26 Alpine, significa que todavía le quedan como mínimo 22 coches más que comprar o alquilar.
El problema, ahora, para la institución militar es que las opciones para completar la renovación de su flota con un modelo de marca francesa son muy limitadas.
Pueden optar por el actual Renault Mégane RS (podría ser una ganga ya que no lo queda mucha vida comercial) o bien optar por algún Peugeot híbrido enchufable, como el 508 Hybrid o el 508 PSE de 360 CV.
Aunque los medios galos sueñan con el 508 PSE, la realidad es que arrastrar una pesada batería descargada todo el día en caos de optar por un híbrido enchufable va en contra de la eficiencia (el consumo se dispara) y las restricciones de presupuesto.
En Motorpasión | Probamos el Alpine A110 y sus 250 CV para 1.100 kg de puro placer de conducción