‘Red Rocket’: una maravillosa disección de la América profunda que está pasando (injustamente) sin pena ni gloria por los cines

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Casi un año después de su presentación en Cannes, ‘Red Rocket‘ ha cometido un pecado mortal: estrenarse el mismo fin de semana que ‘Doctor Strange en el multiverso de la locura’. Y es una pena, porque lo nuevo de Sean Baker merecía mucha más atención.

El director de las fabulosas ‘Tangerine’ y ‘The Florida project’ vuelve a hacer una disección casi perfecta de los Estados Unidos, sin temor a cortar por donde más duele, llevándonos a conocer un lugar perdido en el tiempo de la mano de Mikey, uno de los personajes más carismáticos –y, al mismo tiempo, profundamente desagradables- de los últimos tiempos.

Porno (mole)star

Mikey Saber ha fracasado en lo único que sabía hacer bien en el mundo: el porno. Fueron más de quince años de hacer películas, pero ahora ha vuelto a Texas City dispuesto a reencontrarse con su aún mujer, Lexi, que le deja un hueco en el sofá y poco a poco vuelve a caer en sus garras. El problema es que Mikey no se va a conformar con una vida tranquila apartado del éxito si puede volver a la industria por todo lo alto.

“The Florida Project habla de una economía paralela en una sociedad obsesionada con la riqueza”. Sean Baker, director

Mikey es la típica persona con la que te apetece estar: tiene anécdotas buenísimas, es gracioso, carismático, siempre sabe qué decir y cómo influir en los demás. El problema es que, además, es un liante que no sabe cuándo parar. ‘Red Rocket’ nos plantea la disyuntiva de aprender a querer en la pantalla a un personaje que en las distancias cortas odiaríamos. Es un tipo relajado, divertido, simpático y que, por sobrevivir, sería capaz de venderte por un bocadillo.

Y en el perspicaz análisis de esta personalidad absolutamente arrebatadora (cinematográficamente hablando, claro), Baker sigue cogiendo la cámara como si fuera un bisturí y abriendo en canal a Estados Unidos para diseccionar todo aquello que normalmente no vemos: las vidas vacías y sin sentido, las adolescentes que, engañadas, ven un futuro en la pornografía, los obreros cansados que encuentran su único momento de relajación en las drogas. El sueño americano hace tiempo que se pinchó en el Condado de Galveston.

Quítame allá esas pajas

El carismático y odiable protagonista de ‘Red Rocket’ no sería el mismo sin la cara, las expresiones exageradas y el modo de hablar de Simon Rex, cancelado hace unos años en Estados Unidos por unos vídeos grabados al inicio de su carrera donde se masturbaba para conseguir dinero con el que pagaba el alquiler y la comida del hijo de su novia. Por suerte, parece que Hollywood le ha perdonado sus actitudes pecaminosas (ya sabéis como son allí para estas cosas) y es capaz de hacer una actuación memorable, en la que el carisma se entremezcla con la vulnerabilidad y la dureza. No era un papel fácil, pero Rex hace que lo parezca. Simplemente fabuloso.

Red Rocket

Red Rocket

Sobre esta película se suele leer que es una “feel good movie”, y hace pensar sobre si ‘La lista de Schindler’ también lo es. No hay nada que haga sentir bien al espectador aquí, sobre todo una vez que la reconfortante y burbujeante personalidad del protagonista cae, dejando en evidencia que se trata tan solo de un telón de fondo que enmascara la desesperación de un caradura por volver a la cima, sin importar a quién se lleve por delante.

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‘Red Rocket’ es una película en la que caes en el mismo error que todos los secundarios: confías en Mikey de manera irremediable. A pesar de que puedes ver claramente que no, crees que ha cambiado. Que ya no es el mismo del que todo el mundo habla pestes. Y de repente, un navajazo. Y otro más: sus errores duelen el doble porque como espectador querías confiar en él. Él es la brújula de la película, todo lo vemos desde su punto de vista, y solo podemos empatizar hasta cierto punto de no retorno.

Sean Baker realiza un trabajo magistral tras las cámaras: al igual que en sus dos películas anteriores, sabe mostrar los rincones que nadie rueda, los lugares donde no suceden las historias, el ángulo ciego de los Estados Unidos, donde habitan los personajes con vidas vacías que, paradójicamente, más tienen que contar. Los rechazos de la sociedad, el final del barril, unos corazones sin ambición que ni siquiera se han planteado salir de su lugar de confort. ‘Red Rocket’ es una pequeña gran maravilla independiente que haríais bien en correr a ver antes de que la quiten de los cines. Si es que esta recomendación no ha llegado demasiado tarde.

Red Rocket

Red Rocket

En resumidas cuentas

Sean Baker cuenta la historia de una manzana podrida, una antigua estrella del porno capaz de vender arena en el desierto que siempre está buscando subir el siguiente escalón, aunque eso signifique apoyarse en las cabezas de otros para llegar hasta ahí. La América más profunda mostrada como una comedia agria, de esas que duelen un poco. Una maravilla en tiempos no aptos para el cine repleto de matices.