Luego de un inicio de mercado en el que se encontraron buscando un rumbo sin una persona en el puesto, Philadelphia busca al reemplazante de Bryan Colangelo en el puesto de gerente general y presidente de operaciones de básquet. El ex directivo de los Sixers renunció el 7 de junio pasado, tras conocerse una denuncia por buscar dañar la imagen de otras personas a través del uso de cuentas falsas de una red social.
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Pese a que lograron subsistir sin una persona en el cargo, la idea de la franquicia es contratar en un futuro no muy lejano una nueva figura. Por el momento, Brett Brown, entrenador principal del equipo, hace las veces de gerente general interino, pero la doble función resulta muy difícil de cara a la temporada regular. Distinto es el caso de Gregg Popovich en San Antonio, ya que suma como segundo cargo el de presidente de operaciones de básquetbol, mucho más similar al de coach.
Justamente los Spurs tienen una de las caras que buscan Pennsylvania: RC Buford. El directivo es uno de los principales candidatos que tienen en carpeta y en su haber tiene la reconstrucción de la franquicia texana como palmarés, con los que suma cinco anillos de campeón en los últimos 19 años.
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Por otro lado, Kiki VanDeWeghe se ofreció voluntariamente para ocupar la vacante que dejó Colangelo. ¿Quién es? Es el actual vicepresidente ejecutivo de operaciones de básquetbol de la NBA y, anteriormente, tiene pasos como gerente general tanto por los Nets como en Denver. A él se suma otro ex directivo, como lo es David Griffin, de pasado en los Cavaliers.
Dentro del seno de Philadelphia aparece el último aspirante: Ned Cohen. El vicepresidente de operaciones de básquetbol pica en punta para quedarse con la butaca en caso que no llegara una figura desde el exterior y se eligiera al nuevo dirigente desde la misma estructura. El punto fuerte de Cohen es que tiene amplias relaciones con muchas franquicias, sobre todo por un pasado trabajando en las oficinas de NBA, comunicándose tanto con los equipos como con los agentes de los jugadores. Eso fue lo que llamó la atención de David B. Heller, uno de los dueños minoritarios de los Sixers, al contratarlo para su actual cargo.
