En septiembre, Porsche anunciaba que iba a resucitar el mítico Porsche 935 de competición, pero en clave actual y basado en el GT2 RS. Sólo 77 unidades llegarán a producción y todas ellas serán únicamente homologadas para circuito. Pero si como le ocurrió a Walter Wolf, siempre soñaste con una versión de calle del aquel Porsche 935 K3, tenemos buenas noticias: su deportivo exclusivo y único desarrollado por Kremer Racing está ahora a la venta.
De él hemos tenido noticia gracias a Mechatronik.de, que en su sección de ofertas ha colgado el anuncio de este Porsche 935 único en el mundo. En el mismo, sin embargo, no se especifica el precio, que su actual dueño desvelará a aquellos interesados que se pongan en contacto con él. Tratándose de una unidad tan singular que le costó a Walter Wolf en aquellas 375.000 marcos alemanes (unos 192.000 euros al cambio), su coste apunta a ser muy elevado.
Aunque no necesita presentación hablamos del Porsche 935 K3, que se alzó como ganador en las 24 Horas de Le Mans en 1979. Walter Wolf, que por aquel entonces capitaneaba el equipo de Fórmula 1 Walter Wolf Racing, se encaprichó con el modelo de Stuttgart y además quería poder circular con él por carretera. Pero Porsche ni podía venderle el prototipo de competición ni mucho menos homologarlo para calle.
Así, que ni corto ni perezoso, Wolf encargó a Kremer Racing, precisamente el equipo con el que el Porsche 935 se coronó en Le Mans, que le desarrollase por encargo una variante de calle del prototipo de competición. Y es esa unidad exclusiva, bautizada como Kremer K3 Le Mans, la que ahora está a la venta y que sólo un afortunado podrá llevarse a su garaje.
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Según Kremer Racing este Porsche 935 homologado para carretera mantiene un 98% de las piezas originales de aquel Porsche 935 K3 de competición. Buscando las diferencias el sistema de escape fue sustituido más adecuado a un automóvil matriculable, cuyo desarrollo llevo a Kremer seis meses de trabajo, y la suspensión también se modificó para elevarlo unos centímetros más sobre el suelo. En su interior, se incorporaron asientos deportivos firmados por Recaro, concretamente, los mismos que montaba el Porsche 930 Turbo de 1979.
Su carrocería fue concebida artesanalmente por la ‘escudería’ en paneles de kevlar e incluso las llantas de aleación fueron confeccionadas a mano, en su caso por Goodyear. No obstante, Kremer Racing no cumplió con todos los deseos de Wolf: este había solicitado que contase con aire acondicionado para el acompañante, pero en su momento fue convencido de que era imposible tecnicamente.
Respecto al propulsor, aunque en configuración no es el mismo que el de 935 K3, se trata de un biturbo de 2.8 con nada menos que 740 CV de potencia a un régimen máximo de 8.000 rpm. Este va gestionado por un cambio manual de cuatro velocidades, las mismas que tenía su mellizo de competición, que transfiere toda su entrega al eje posterior, como no podía ser de otra manera. Su velocidad máxima se fija en 338 km/h.
El actual propietario del Kremer K3 Le Mans asegura que está en perfecto estado, como puede verse en las fotos, e incluye el certificado de registro del vehículo original, así como los documentos de importación europeos. Sin embargo, su nuevo dueño deberá someterle a inspección técnica. En su odómetro puede verse que ha recorrido únicamente 10.124 kilómetros. ¿Algún voluntario para hacerse con sus servicios?
Fotos: CARTIQUE by Mechatronik.