La lesión de Esteban Andrada puso a Boca ante una encrucijada. En cuestión de horas cuerpo técnico y dirigentes deberán resolver qué hacer con el arquero, si apostar a que se recupere pronto -con todo lo que eso conlleva- o ir a lo seguro y buscarle un reemplazante.
Los médicos pronostican que la fractura le demandará al menos 40 días de recuperación. Esto quiere decir que en el mejor de los casos, aun si cumpliera con los tiempos estipulados, estaría en condiciones de reaparecer recién a finales de octubre para un hipotético partido de vuelta de semifinales de Copa. O sea que además de la revancha contra Cruzeiro también se perdería el cruce de ida de las semis, si es que Boca finalmente pasa.
Andrada cumpliría 40 días de recuperación el 30 de octubre.
¿Qué implica esperarlo? Llevar a un chico sin experiencia al banco y rezar para que no le pase nada a Rossi. El riesgo es que surja algún imprevisto con el ex arquero de Chacarita, Estudiantes y Defensa y Justicia y alguno de los juveniles (Roffo, Bustillos, Abadía) tenga que hacerse cargo del arco más grande del mundo en una instancia decisiva de la Libertadores.
La otra alternativa es hacer uso de la opción que le da el reglamento de incorporar a otro arquero debido a la gravedad de la lesión de Andrada, quien quedaría automáticamente descartado para lo que resta de la Copa en caso de que Boca inscribiera a un reemplazante.
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