Qué fue de Alicia Silverstone, la actriz que pasó de la fama como Batgirl a ser elegida la vegetariana más sexy del mundo

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Hay personas que nunca nos han abandonado, pero vuelan tan bajo que parece que así es. Es el caso de Alicia Silverstone, que se hizo un nombre gracias a ‘Fuera de onda’ y después pareció salir del radar después de interpretar en ‘Batman y Robin’ a la primera Batgirl moderna. El fracaso fue tal que ganó un Razzie y desapareció de la conciencia colectiva tan pronto como llegó. Pero la realidad es que hubo un motivo para ello… y que nunca ha dejado de estar ahí durante tres décadas. Pero es hora de preguntarnos, ¿qué fue de Alicia Silverstone?

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En la onda

Alicia Silverstone nació el 4 de octubre de 1976 (para que no hagáis las cuentas, hace 46 años) en San Francisco. Sus padres, una azafata y un agente inmobiliario, estaban convencidos de su futura carrera y empezó a modelar a los seis años. Poco después, protagonizó su primer anuncio para Domino’s Pizza, a los que siguieron otros. A los 15 ya se declaró una menor emancipada. No lo hizo por demostrar su poder o pretendiendo enfadar a sus padres, sino para poder participar en el rodaje de un thriller erótico (‘Veneno en la piel’) más horas de las que dictan las leyes americanas para la protección de los menores de edad. Por aquel entonces, en sus primeras entrevistas, declaraba que «quería que todo el mundo fuera feliz». No sabía que el mundo no quería lo mismo para ella.

Esa película le dio dos premios MTV en 1994 (mejor interpretación revelación y mejor villana) y le hizo ascender en su carrera como la protagonista de tres videoclips de Aerosmith, algo que ahora nos puede parecer pequeño pero en los 90 era todo un logro: ‘Cryin’, ‘Amazing’ y ‘Crazy’. En este último compartió pantalla con la hija de Steve Tyler, una tal Liv, donde ambas dejaban de ir a clase para montarse en un coche, participar en un torneo de barra americana, bañarse desnudas con un granjero y acabar yéndose con él por la carretera hacia un destino incierto. Los límites no eran un problema para ella.

Clueless

Clueless

Su vida iba por un camino correcto pero no memorable hasta que Amy Heckerling entró en su vida. Si no la conocéis, es uno de los nombres básicos de la comedia ochentera americana: suyas son ‘Aquel excitante curso’, ‘Las vacaciones europeas de una chiflada familia americana’ y ‘Mira quién habla’. En 1995, estaba dispuesta a dar una vuelta de tuerca al cine de instituto con ‘Fuera de onda’, un proyecto que empezó como piloto televisivo y acabó siendo una de las mejores películas adolescentes de la historia. Heckerling necesitaba a una protagonista que estuviera dispuesta a reírse de sí misma sin dejar de ser carismática. Viendo la MTV encontró exactamente lo que buscaba, y Silverstone superó en el casting a Reese Witherspoon, Gwyneth Paltrow o Angelina Jolie. Tenía 18 años y había nacido una estrella.

La batichica

La mejor amiga de Alicia Silverstone a los 18 años era su agente, Carolyn Kessler, y había dejado los estudios para dedicarse a ser actriz, vendiendo muy bien su dualidad: era una chica inocente y al mismo tiempo picante. «Siempre estoy trabajando, así que no tengo tiempo para citas. Siempre estoy alrededor de adultos», comentaba en una entrevista de 1995, unos meses después del estreno de ‘Fuera de onda’. La película fue tal exitazo que firmó un acuerdo millonario con Columbia que le hizo participar en películas donde no estaba del todo cómoda (incluida alguna cinta directa a vídeo).

Batman Y Robin

Batman Y Robin

No pasa nada: seguía ganando premios por ‘Fuera de onda’ y su nuevo papel prometía serlo todo en 1997: la cuarta parte de ‘Batman’, una saga que siempre era un bombazo en taquilla. Pero todos sabemos lo que pasó con ‘Batman y Robin’. Aunque ella fue la única opción posible como Batgirl, no lo pasó bien durante el rodaje y la promoción: tuvo que perder cinco kilos antes de rodar y, pese a todo, aguantar bromas sobre su peso de forma continua durante la campaña. Por ejemplo, Entertainment Weekly la comparó con Babe, un cerdito valiente, con el titular «Un problema de peso».

Y parte de su retiro de la primera fila tuvo que ver con eso. Como anunció en 2020: «Se rieron de mi cuerpo cuando era más joven. No estaba confundida. Sabía que no estaba bien reírse de la forma del cuerpo de alguien, no parece algo correcto que hacerle a un ser humano». Silverstone ganó un Razzie (y un YoGa, que en España somos tan «graciosos» como en América), aguantó carcajadas a su costa y decidió que hasta ahí había llegado su salto al mainstream. Su siguiente película estuvo producida por ella misma y su empresa, pero ‘Exceso de equipaje’ fue un fracaso crítico y de taquilla. Las buenas críticas a su actuación en ‘Buscando a Eva’, junto a Brendan Fraser, no fueron suficientes para evitar su desaparición en el éter de Hollywood.

Papeles más pequeños, felicidad mayor

En el 2000, la actriz decidió que no quería formar parte del juego de Hollywood ni luchar por los mejores titulares, y se hizo a un lado, consiguiendo papeles secundarios en películas como ‘Trabajos de amor perdidos’, ‘Una rockera de cuidado’ o ‘Esto no es un atraco’, junto a John Cleese, Rachael Leigh Cook y Woody Harrelson. Hollywood, ya más liberada de esa prensa rosa casi asesina de finales de los 90, aprendió a convivir con ella y olvidó los agravios que le hizo en su día.

Desde entonces, la actriz no se ha vuelto a preocupar por los premios: fue la villana de ‘Scooby Doo 2’, hizo un cameo en ‘Tropic Thunder’, protagonizó ‘Catfight’ junto a Sandra Oh y Anne Heche, apareció brevemente en ‘El sacrificio de un ciervo sagrado’ y hasta le puso voz a la reina Marlena de ‘Masters del Universo: Revelación’. Y al final, fue su papel en una pequeña serie de Netflix, ‘El club de las canguro’, la que le hizo volver a ser conocida por toda una generación.

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Pero lo más importante: Alicia Silverstone vive feliz y despreocupada en una casa ecológica de Los Angeles, que adquirió en 1996 junto a un santuario para perros abandonados, es una de las voces más importantes a favor de los derechos de los animales y se hizo vegana. De hecho, en 2004 fue elegida la vegetariana más sexy del mundo por PETA e incluso ha aparecido desnuda en varias campañas contra la lana.

Este estilo de vida, sumado al descontrol de Hollywood, no ha evitado sus polémicas excéntricas: se supo que le daba comida a su hijo después de masticarla ella, se posicionó contra las vacunas e incluso escribió a Vladimir Putin para pedirle que diera opción vegetariana en las cárceles tras el arresto del grupo Pussy Riot. Al final, vivir en la meca del cine es lo que tiene: ni siquiera saliendo del foco consigues que se pierda tu rastro.