Uno de los problemas que pueden tener muchas compañías en su día tiene que ver con la liquidez. Hay momentos en los que se tienen tensiones de tesorería. Se puede recurrir a las líneas de crédito, pero no todo el mundo tiene acceso a ellas. Y especialmente si la empresa está en problemas, esta financiación necesaria para su supervivencia se complica. Es aquí dónde entra el aval como un elemento que nos facilite la confianza de las entidades bancarias para lograr la financiación. Vamos a ver qué es un aval y los modelos tenemos disponibles para las empresas.
Qué es un aval
El aval es una garantía adicional para la entidad financiera. Garantiza que en caso de impago, el avalista se hace cargo de la devolución de una parte del crédito concedido. El aval lo puede ofrecer una persona física o una empresa o entidad.
De esta forma si nuestra empresa llegado el momento no puede devolver el crédito concedido, la entidad financiera ejecutará el aval para que sea quié lo otorgó el que hará frente a las obligaciones financieras contraídas por esta empresa a la que se dio un crédito que ahora no puede devolver.
Tipos de avales disponibles para las empresas
Existen diferentes tipos de avales. Vamos a ver cómo podemos clasificarlos:
- Aval comercial, es el que garantizando una operación mercantil. El ejemplo más habitual es el aval de la cerveza, donde la marca de cerveza se compromete a avalar a la empresa de restauración a cambio de la exclusividad en la venta de sus productos y una determinada cantidad mensual de producto.
- Aval financiero, es el más habitual, donde la naturaleza del aval se refleja en un documento financiero, por lo general un c´redito o préstamo, donde la entidad financiera fija en qué condiciones se ejecutaría dicho aval y qué cantidad del crédito cubre.
- Avales ICO, uno de los que más han sonado en los últimos tiempos. A través del ICO el estado avala a empresas para que tengan más fácil obtener dicha financiación. En caso de impago, los avales ICO cubrían entre el 70 y el 80% del préstamo, por lo que el riesgo para las entidades bancarias era mínimo.
- Aval técnico, donde es la entidad bancaria quien garantiza las obligaciones contraídas por su cliente. Se suelen utilizar como garantía para la adjudicación de un concurso público, pero también cuando se compra un piso sobre plano para garantizar que el promotor cumplirá con lo pactado.
En definitiva es una herramienta que la empresas que tengan más dificultades para obtener financiación tienen a su disposición para lograr dichos créditos que les den aire. Pero hay que ser conscientes cuando se avala a alguien que se corre un riesgo. Si algo sale mal, será el avalista el que asume la obligación de devolver la cantidad financiada.