De entre las preguntas que nos hacemos sobre los «misterios» de la concepción, hay algunas con respuestas sorprendentes. Uno de los mitos más comunes es que resulta imposible quedarse embarazada durante la menstruación. Porque, aunque sea difícil, es posible. Os explicamos por qué.
El proceso de la ovulación suele seguir unos esquemas más o menos similares en cada mujer, como parte importante del ciclo menstrual. Pero este varía de una mujer a otra, e incluso en la misma mujer puede cambiar de un mes a otro.
Recordemos que el ciclo sexual femenino comprende una serie de cambios más o menos regulares que de forma natural ocurren en el sistema reproductor femenino (especialmente en el útero y los ovarios). Un ciclo menstrual regular tiene una duración media de 28 días contados a partir del primer día de regla, pero se considera normal que abarque entre 21 y 35 días.
La menstruación, regla, periodo o sangrado menstrual, por tanto, constituye el inicio del ciclo menstrual. Durante esta fase se desprende el endometrio junto a sangre si no se ha producido la fecundación del óvulo. La menstruación media suele durar entre tres y cinco días, aunque se considera normal las que estén entre dos y siete días.
Después de la regla, en ciclos regulares llega la fase de preovulación, cuando el ovario produce estrógenos, el óvulo madura y el endometrio se engrosa. El estrógeno estimula el cuello uterino y se produce moco cervical fértil, que puede ser identificado por las mujeres como prueba de sus días más fértiles.
Entre el decimocuarto y el decimoquinto día del ciclo el óvulo finaliza su maduración y es conducido desde el ovario hasta el útero a través de la trompa de Falopio: es la ovulación. Pero estas estimaciones son las medias de ciclos regulares: la ovulación podría producirse el día 13, tal vez el 16, 17…
Por último, en la fase lútea o fase secretora, que suele durar desde el día 16 al 28 del ciclo, si no se ha producido fecundación del óvulo, este se desintegra y se expulsa por el sangrado vaginal de la siguiente menstruación, comenzando así un nuevo ciclo.
Teniendo en cuenta que los espermatozoides pueden durar funcionales dentro del cuerpo de la mujer entre 48 y 72 horas, es habitual que si se mantienen relaciones incluso dos o tres días antes de la ovulación (y esta puede producirse regularmente o no), al descender el óvulo este podría ser fecundado.
Según lo visto, durante la menstruación no hay un óvulo preparado para ser fecundado. Hay que esperar unos días para esta posibilidad, Pero esto es lo habitual en los ciclos regulares. ¿Qué sucede con los ciclos que no siguen una regularidad? ¿Y si hay algo que provoca que mi ciclo, normalmente regular, varíe un mes determinado? Lo vemos a continuación.
Ciclos menstruales irregulares
No todas las mujeres tienen el período «estándar» cada 28 días. Hay quienes tienen ciclos más largos, en los que la ovulación se produce después del día 14 y otras con ciclos más cortos en los que la ovulación se adelanta. Si conozco mi ciclo y los cambios en mi cuerpo (observar los signos de ovulación), podría ser capaz de predecir cuándo se va a producir la ovulación, aunque esto, como veremos después, no es siempre fiable.
Además, hay mujeres que experimentar ciclos diferentes cada mes: no todos su ciclos son regulares. Esto es habitual, por ejemplo, en aquellas mujeres con síndrome de ovarios poliquísticos (SOP), un desequilibrio hormonal muy común y generalmente leve, que afecta a 8 de cada 100 mujeres.
En estos casos, es más complicado saber cuándo se produce la ovulación, pero como no suele haber una amenorrea o ausencia total de regla, es decir, que la mujer con SOP también ovula y menstrúa, la posibilidad de embarazo es posible, y podría serlo también durante la menstruación si, por algún motivo, hay un óvulo maduro al mismo tiempo.
Quedarse embarazada durante la regla
Podríamos pensar que si no tenemos SOP y nuestro ciclo es regular, no existe riesgo de embarazo fuera de los días claves del ciclo, después de la menstruación.
Pero es que existe la posibilidad de que haya cambios en el ciclo y, aunque es difícil, no es imposible que la ovulación se adelante y exista un óvulo maduro dispuesto a ser fecundado al tiempo que se tiene la menstruación. Es decir, mientras que se está eliminando del cuerpo un óvulo anterior no fecundado.
Por otro lado, en el caso de ciclos cortos, de unos 20 días, el óvulo podría liberarse durante los últimos días de la menstruación o justo después y aumentar las probabilidades de embarazo si se mantienen relaciones sexuales durante la regla. Y no olvidemos que los espermatozoides permanecen en el aparato reproductor femenino entre tres y cuatro días, aumentando aún más la posibilidad de embarazo.
Además, una mujer puede ovular más de una vez durante un mismo ciclo, aumentando así las probabilidades de embarazo. Se conoce como polimenorrea la reducción de la duración del ciclo menstrual, cuando esta es menor a 21 días, de modo que el periodo llega demasiado pronto. El ciclo puede acortarse con regularidad o irregularmente.
En estos casos, poco frecuentes pero no inexistentes, si se tienen relaciones sexuales sin protección durante la regla, el espermatozoide podría llegar al óvulo y producirse la concepción.
Pero, ¿qué podría provocar que mi ciclo menstrual, un mes determinado, fuera más corto de lo habitual y se adelantara la ovulación?
Qué puede provocar que el ciclo menstrual cambie
Existen factores que pueden alterar la duración del ciclo sin que la mujer lo sepa, como el estrés, los eventos vitales, la alimentación o las enfermedades:
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El estrés: los momentos de mucha tensión y ansiedad pueden afectar la menstruación e incluso la reproducción. Cuando la glándula pituitaria se activa por el estrés, produce mayores cantidades de prolactina, lo cual puede provocar la ovulación irregular. Hay estudios que relacionan el estrés con la infertilidad, pero este podría afectar a las mujeres de distinta manera.
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La alteración brusca de peso en la mujer (aumento o descenso) puede provocar cambios en el ciclo menstrual y periodos irregulares.
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Cuando las chicas empiezan a tener la regla esta también es irregular y se necesita un tiempo para que se estabilicen los ciclos.
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Con la cercanía de la menopausia, a medida que se disminuye la producción hormonal (es decir, estrógeno), cambian los ciclos y generan períodos más frecuentes o infrecuentes.
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El ejercicio intenso está contemplado entre los factores que pueden alterar el periodo de la mujer, aunque en este caso suele provocar ciclos más largos e incluso, en casos extremos, amenorrea o desaparición de la regla.
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Sufrir una enfermedad, tiroides, problemas del riñón, diabetes… Incluso una gripe fuerte puede provocar un cambio en el período femenino si va asociada a otros factores como la ansiedad.
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Hay medicamentos que afectan a los niveles hormonales (por ejemplo, antipsicóticos o esteroides) pueden causar desequilibrios que afecten a las hormonas reproductivas y alterar así la regularidad del ciclo.
Si tienes problemas con tu periodo porque ha sufrido cambios últimamente, consulta al ginecólogo.
En definitiva, no es habitual pero podría producirse que, si mantienes relaciones sexuales sin protección durante la menstruación, quedes embarazada. Las posibilidades disminuyen cuanto más regular seas en tu ciclo menstrual, pero hay que tener en cuenta variables como las señaladas anteriormente y que podrían hacer que, un mes determinado, el ciclo varíe.
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