El mundo de la cosmética está cargado de grandes marcas que nos dejan gratas sorpresas. Y es que más allá de proporcionarnos bienestar (a todos los niveles), las hay que son capaces de crear cosas preciosas, incluso donde no quedaba nada, o al menos que a nosotros nos pareciera. Y esto es exactamente lo que hace Ashes to Life, una firma española cuya filosofía y productos enamoran por igual.
Así, ante escenarios como un bosque quemado, donde nosotros únicamente veríamos devastación, Ashes to Life ve la oportunidad de dar una nueva vida a esa destrucción utilizando cenizas para crear cosméticos inspirándose en los principios de una economía circular.
Sí, en eso se basa esta marca de cosmética ecológica, nacida, precisamente, para dar respuesta a este problema global que son los incendios forestales. De esta manera, sirviéndose de I+D+i, y recuperando el proceso histórico de fabricación del jabón que hace referencia a culturas antiguas como la Babilónica, Egipcia, Griega, Romana, han logrado transformar la ceniza en jabón ecológico, cuya venta además ayuda a la restauración de esos bosques quemados a través del desarrollo de su proyecto medioambiental Ashes to Life Project.
Concretamente, si nos centramos en ese proyecto, hay que señalar que tiene como propósito desarrollar un Protocolo de Actuación específico para restaurar zonas afectadas por incendios forestales, de tal forma que permita no solo hacer un diagnóstico específico de las necesidades en cada bosque quemado y desarrollar la metodología óptima para extraer una porción de cenizas de modo que no comprometa la regeneración del entorno, sino también certificar la ceniza y homologarla para su uso en cosmética, elaborar sus productos cuyas ventas contribuyan a la regeneración de los bosques, así como desarrollar un Protocolo de Restauración ecológica de bosques quemados.
Y todo ese esto se traduce en un beneficio ecológico, económico y social, ya que contribuyen a la restauración de los bosques, proponen generar un motor de economía sostenible alineada con los valores de la economía circular, además de que son productos 100% ecológicos que cuidan de
la naturaleza y de las personas.
A modo de información, deciros que para la elaboración de sus jabones se sigue un proceso tradicional de saponificado en frío, lo que asegura que mantengan todas sus vitaminas y poder antioxidante, además de conservar la glicerina generada. Todo ello también se traduce en que sean un producto hidratante, humectante y nutritivo para la piel, en el que se usan aceite como el de coco y el de oliva, así como aceites esenciales puros y mantecas como la de karité con certificación ecológica, de primer prensado. A todo ello, se unen la ceniza vegetal, concretamente la ceniza de cáscara de coco, que aporta a la piel sus principios activos minerales así como su capacidad exfoliante.
Por supuesto, ni que decir tiene de que se tratan de productos veganos, free cruelty, totalmente ecológicos.
Mi experiencia con Ashes to Life
Y tras toda esta labor de creación, con sus implicaciones sociales y, por supuesto, ecológicas, ya os puedo decir que he tenido el privilegio de poder disfrutar de los dos jabones con los que cuenta en este momento Ashes to Life.
Lo primero que os diré es que cuando abrí este paquete simplemente me enamoré: me encontré uno de los envoltorios más bonitos que he visto en todos mis años de editora de belleza.
Y es que en una caja de cartón donde se puede leer «Cuida de tu piel y la del planeta», encuentras dos paquetitos delicadamente envueltos, con un cordel y una ramita que hacen que te de pena hasta abrirlos, las cosas como son. Es de esas cosas que entran por los ojos, ese cuidado y ese mimo me convencen mucho, ya te dan pistas de lo que nos podemos encontrar dentro y de la ilusión que han puesto.
Ante mí, tengo dos jabones de esos que sencillamente huelen a limpio, uno de los aromas que más me gusta para este tipo de productos, sin fragancias artificiales que cargan. Son maravillosos.
A pesar de tener la piel seca, son jabones realmente hidratantes, que no me resecan y no me dan una sensación de tirantez, y que son muy respetuosos incluso con la piel más sensible como la mía. Pero es que ni siquiera el exfoliantes agresivo, todo lo contrario, y ello a pesar de lo que puede parecer a primera vista con el scrub que se ve que, por cierto, es de hueso de aceituna, me encanta.
He de reconocer que al jabón exfoliante, precisamente, le estoy sacando especial provecho en este momento, tras haber tomado el sol, porque ahora no nos podemos olvidar tampoco de este paso. Y es que posee efecto purificador, desintoxicante y aporta sus propiedades minerales a la piel, lo que hace que tenga propiedades suavizantes, antioxidantes, emolientes, que devuelven a la piel su natural luminosidad. A todo ello, se unen los aceites esenciales de naranja dulce, geranio y lavandín que también tienen efecto regenerante cutáneo, antiinflamatorio, calmante, cicatrizante al tiempo que previene y atenúa estrías y arrugas (estos aceites también los tiene el hidratante). La cura perfecta de cara a septiembre.
El resultado de cada uso es una piel suave, hidratada, suave, que se nota limpia y con ese aroma que me traslada a mi infancia… Toda una experiencia que me parece muy recomendable, aunque también os diré que, también, da pena usar de lo bonitos que son, te dan ganas de simplemente tenerlos en el baño a la vista de todos.
Dos productos para cuidar la piel con los que dar una nueva oportunidad a la naturaleza, con los que aprovechar todos los recursos, incluso cuando se encuentren en un estado que, a priori, parecen ya inservibles. Dos jabones con los que convertir en belleza lo que el fuego devastó. No me digáis que no es un concepto absolutamente precioso y una idea para regalar con la que coronarse.
Pues bien, son dos jabones que se pueden comprar por separado teniendo un precio el jabón hidratante de 18,50 euros y el exfoliante de 18,50 euros, mientras que también se pueden adquirir conjuntamente (mi pack) por un precio de 34,95 euros.
Además, como colofón final, aunque yo no la tenga pero me parece un detallazo, tenemos también la jabonera que no puede ser más ideal. Tiene un cuidado diseño geométrico y ha sido elaborada a mano con materiales sostenibles, con una mezcla de ceniza y resina acrílica mineral, que conservan intactas las propiedades de las pastillas de jabón. Su precio es de 22,95 euros y no me diréis que la combinación de ambas piezas no son dignas de los baños más cool.
En conclusión, Ashes to Life es una marca a tener muy en cuenta, a la que merece la pena dar una oportunidad por toda la labor ecológica, fundamentalmente, y ofrecer productos de una gran calidad.
El producto fue facilitado para la prueba por Ashes to Life. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas para más información.
Fotos | Ashes to Life y Trendencias