Una vez que el test de embarazo confirme que estás embarazada tendrás que pedir cita con el ginecólogo para el primer control del embarazo.
La primera visita suele realizarse entre la semana 6 y la semana 9 de embarazo, siempre contando desde la fecha de la última menstruación. En ella se determina la fecha probable de parto (FPP), se elabora la historia clínica y se realiza una ecografía vaginal para confirmar la presencia del saco amniótico y si se detecta, también el latido fetal.
La fecha probable de parto
La fecha probable de parto es, en teoría, el día en que nacerá el bebé. Pero, lo cierto es que apenas el uno por ciento de los bebés nace en ese día.
¿Cómo se calcula? El embarazo tiene una duración de 40 semanas, ó 280 días, contados a partir del primer día de la última menstruación. Para determinar la fecha se utiliza la conocida como Regla de Naegele, que consiste en restar tres meses y sumar siete días a la fecha de la última menstruación (el primer día de la regla).
Los ginecólogos suelen utilizar una ruedita con el cálculo ya hecho llamada gestograma. Sólo hay que posicionar la fecha de la última menstruación y automáticamente aparece la fecha de parto.
Por ejemplo, si el primer día de tu última regla fue el 3 de septiembre, la fecha probable de parto será el 10 de junio.
Ese es el día que cumplirás 40 semanas de gestación, pero se considera normal que el bebé nazca entre la semana 37 y 42 de embarazo, es decir dos semanas antes o dos semanas después de esa fecha, por posibles variaciones en los ciclos de cada mujer, o porque simplemente cada mujer y cada bebé tienen su propio ritmo.
Por tanto, la fecha probable de parto es una aproximación a la fecha en la que te convertirás en madre.
Historia clínica y pruebas
En la primera visita se elabora la historia clínica de la embarazada. El ginecólogo valorará los antecedentes familiares de la pareja, preguntará si ha habido abortos previos, alguna enfermedad importante, alergias, intervenciones quirúrgicas, hábitos de vida, alimentación y cualquier información que pueda resultar de interés desde el punto de vista médico.
Si ya tienes hijos te preguntará cómo ha sido el embarazo y el parto anterior, si ha habido alguna complicación o algo que reseñar.
Se controlará además el peso y la tensión arterial, los cuales se volverán a medir cada vez que acudas a los controles prenatales.
También te mandará hacer análisis de sangre y de orina. El primero para determinar el grupo sanguíneo y el factor Rh de la embarazada, el nivel de hemoglobina, así como anticuerpos frente a algunas infecciones como la rubéola, la hepatitis y la toxoplasmosis, o de enfermedades como el SIDA y otras de transmisión sexual.
El de orina, para detectar posibles infecciones y comprobar los niveles de azúcar y proteínas, cuyos niveles anormales podrían indicar la presencia de alguna enfermedad.
Ecografía de confirmación de embarazo
En la mayoría de los casos, se suele realizar un ultrasonido transvaginal, el cual aporta información muy importante.
Sirve para comprobar que el embarazo se ha formado dentro de la cavidad uterina, es decir que no se trata de un embarazo ectópico y confirmar la presencia del saco amniótico, es decir que tampoco se trata de un embarazo anembrionario.
También determina si se trata de un embarazo único o múltiple y la vitalidad del feto, aunque puede que el latido fetal aún no pueda percibirse por ser demasiado pronto.
Para terminar, te dará algunas recomendaciones, si no lo hacías desde antes del embarazo, te indicará que tomes ácido fólico y un suplemento de yodo. También fijará la fecha de la próxima cita a la que deberás acudir, la cual probablemente coincida con la próxima ecografía que se realiza alrededor de la semana 12.
El primer control del embarazo es un momento muy especial para la pareja, ya que se confirma que el bebé está anidado en el útero y ha comenzado a desarrollarse.
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