El 2022 será un año que los amantes de los deportivos japoneses recordarán con tristeza, pues ya sabemos que el Nissan GT-R está en camino de desaparecer del mercado. Un modelo emblemático heredero de una larga saga y, sobre todo, protagonista de miles de preparaciones y ‘swaps’.
Pero en este tiempo de descuento ha llegado el que quizás sea uno de los ‘inventos’ más impresionantes sobre esta base. Y es que los chicos del canal de YouTube ‘B is for Build’, ni cortos ni perezosos, han conseguido juntar en un mismo Skyline la poderosa mecánica V6 biturbo del actual GT-R con la imponente estampa de la anterior generación R34.
Tanto el ‘engendro’ resultante (llamado R69, por la suma de 34 y 35) como su proceso de elaboración han quedado registrados en vídeo para la posteridad. Eso sí, una transformación como la que vas a ver sólo es legalmente posible en Norteamérica.
La unión literal de dos épocas
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Chris, el ‘alma mater’ del canal, adquirió por separado dos Nissan Skyline que habían vivido días mejores. El primero era un R34 de 1999, con carrocería completa pero sin motor ni transmisión. Esto último lo resolvería comprando el segundo, un GT-R R35 de 2015 en estado de siniestro total pero con su chasis y motor intactos.
Así, el primero serviría como nueva carrocería para el segundo. Con esta loca operación de ‘bodyswap’ el youtuber mata dos pájaros de un tiro: por un lado, se quita de encima un coche ‘ilegal’ (el Skyline R34 no está homologado en EEUU) pero, por otro, lo aprovecha para devolver a la circulación otro coche que sí es legal, ya que en su estado de residencia basta para ello con tener un chasis documentado.
Sin embargo, lo que la ley explica en unos minutos es mucho más trabajoso llevado a la práctica. Chris y sus colegas comienzan cortando el armazón del R34, dejando la cabina suelta sin suelo y desmontando tanto puertas como aletas, capó y maletero.
Pero esto no es suficiente para ‘vestir de R34’ al R35, ya que primero hay que resolver la cuestión de la mayor distancia entre ejes de este último. Teniendo acceso directo al chasis, el equipo corta y vuelve a soldarlo para suprimir los 5 cm que ‘sobraban’.
Otro de los grandes desafíos que surgen es el de replantear el frontal. Y es que el VR38DETT de seis cilindros en V es mucho más corto que el RB26DETT, el cual dispone los mismos cilindros en línea. Como solución, crean un nuevo armazón frontal soldando vigas y barras al estilo de la NASCAR, aprovechando de paso para instalar un generoso radiador.
Conforme se va concretando la obra, surgen los detalles como por ejemplo el kit original de aletas ensanchadas del R34 GT-R V-Spec, adquirido junto al primer coche listo para montar y pintar. Pintura que en realidad no es tal, sino un vinilo en tonos violeta.
Y de este modo, dos deportivos desahuciados se convierten en una máquina lista para conquistar las calles. Nos queda la duda de cuánta rigidez le queda al GT-R R69 después de tanto corte y soldadura pero, a fin de cuentas, el padre de esta criatura ya tiene en su haber más trabajos de este tipo. Así que, de momento, le daremos un voto de confianza.