‘Predestinación’: una joya sobre viajes en el tiempo en Netflix que bebe de un clásico de la literatura de ciencia-ficción

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El problema con esta película es que ni siquiera te podemos contar a qué clásico de la ciencia-ficción adapta, porque arruinaríamos la película. Esta producción que llegó a España en formato doméstico hace unos años acaba de aterrizar en Netflix, así que quizás lo mejor que puedes hacer es ir a verla antes de leer más, y cuando vuelvas, enfrentarte a nuestra crítica, que tiene spoilers moderados.

De hecho, habrá quien diga que el detalle de su temática de viajes en el tiempo ya es un spoiler, pero nos hemos permitido deslizarlo como aperitivo porque ‘Predestinación’ exprime a fondo el punto de partida y va mucho más allá. Y lo hace como lo haría un buen relato de ciencia-ficción literaria: examinando todas las hipótesis y connotaciones que tiene unas de las paradojas más extrañas de este subgénero. Mucho más que el efecto mariposa o el hacer que tus padres se enamoran para que puedan tenerte.

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El relato en el que se inspira es ‘Todos vosotros, zombies’, una miniatura de un puñado de páginas de del gran Robert Heinlein (conocido por el gran público por ser el autor de la novela original de ‘Starship Troopers’). De hecho, Heinlein es reverenciado a lo largo de la película, y aparecen otros de sus libros, como ‘Forastero en tierra extraña’. Aunque el mejor guiño que contiene la película es a ‘I’m my own grandpa’, la novelty song de Lonzo and Oscar de 1947 inspirada en un artículo humorístico de Mark Twain en el que demostraba que era posible (aunque poco probable) que alguien se convirtiera en su propio abuelo.

En cualquier caso, ‘Predestinación’ coge el núcleo del relatillo de Heinlein, quizás la historia de viajes en el tiempo más retorcida jamás escrita, y la convierte en un thriller teórico sobre la cuarta dimensión, que bebe de películas como ‘Looper’ o ‘Memento’, pero juega en una liga mucho más cerebral. Prácticamente todo el argumento es un inmenso acertijo que dos extraños se cuentan en un bar.

El loop que se devora a sí mismo

‘Predestination’ cuenta, básicamente, cómo un Agente Temporal (Ethan Hawke) se embarca en una odisea por distintas épocas para detener a un peligroso terrorista (un detalle, por cierto, que no está en el relato, y que aquí queda parcialmente descolgado de la trama). Haciéndose pasar por un barman escuchará la historia de una Mujer Soltera (impresionante Sarah Snook, hallazgo total del reparto), cuya triste y extraña vida tiene que ver con su misión.

Para contar ‘Predestinación’, los hermanos Spierig (dueños de una curiosa filmografía de películas todas inferiores a esta, pero algunas de ellas tan interesantes como el disparate vampírico ‘Daybreakers’ o la historia de casas encantadas -reales- ‘Winchester’) tienen que sacar de la maleta de los artificios visuales una serie de recursos que hacen que el espectador pronto se dé cuenta de que juegan con él (para bien). Es decir, maquillajes exagerados, personajes que no enseñan su rostro, piruetas narrativas y demás.

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Y los Spierig compensan esa artificiosidad de la mejor manera posible, siendo completamente honestos en la narración: las interpretaciones, la sencillez de la puesta en escena -que consigue que sea emocionante y cercano ver a simplemente dos personas hablando en un bar- y las miguitas que dejan en forma de pequeños obsequios y pistas (por ejemplo, las notas estilo ‘Memento’, que son citas del relato de Heinlein) ayudan a descifrar la película a un ritmo progresivo, sin dejarse llevar por la tentación de jugar todas las cartas a una «sorpresa final»

El resultado es una película extraña, casi podría decirse que única, y desde luego no para todos los fans del género. Pero sí para quienes disfruten con puzles retorcidos de obvia procedencia literaria y para quienes aún entiendan que parte de la fascinación del género está en los laberintos cerebrales y en la puesta en duda de lo real a través de la lógica pura y sus trampas. Un auténtico caramelito.