Según el Diccionario de la RAE: precario, ria. Del lat. precarius. 1. adj. De poca estabilidad o duración. 2. adj. Que no posee los medios o recursos suficientes. Y aunque en este blog hablemos de pymes y autónomos, este adjetivo se puede ampliar a prácticamente todas las profesiones.
En 2021 y en el contexto actual, con una pandemia que no ha desaparecido y una crisis económica como no se recuerda en décadas, la precariedad laboral ha llegado para quedarse, de hecho estaba instalada. La única salida que queda es adaptarse a las nuevas reglas del juego. Que ni son tan nuevas y el juego es nuestra supervivencia económica.
Es imposible que algunas profesiones desaparezcan pero otras, o cambian o las cambia la sociedad
Las protestas cobran un sentido cuando detrás de ellas, hay una petición que no sólo beneficia al que las reclama sino a otros seres que están en el otro lado de la balanza: consumidores, usuarios.
El cambio asusta. El cambio da miedo a los empresarios, a los trabajadores, a todos. Pero, si antes no se hizo un traslado de a la venta online porque la física funcionaba, ahora cuando un virus te puede llevar a la UCI (como mínimo) los clientes apuestan, en su mayoría, por comprar online, por el ocio online y por resolver gestiones administrativas a través de Internet.
Esa es la realidad. Es algo objetivo y palpable.
Cuando la precariedad laboral en la hostelería era noticia en 2018, 2019
Parece que ha quedado en el olvido la precariedad que iba de la mano del trabajo en hostelería. De esas campañas en verano, donde camareros echaban horas y no tenían precisamente un trabajo estable ni bien remunerado.
El cliente puede echar de menos tomar una caña en su bar. Pero, existe otro lado de la moneda, sobre todo en lugares turísticos donde al personal que ayudaba a que ese establecimiento creciera no se le cuidaba. En verano, según datos de CCOO (el sindicato mayoritario en hostelería) la contratación se triplica, con altas de dos o tres meses que a menudo no incluyen toda la jornada laboral, sobre todo entre las pequeñas y medianas empresas, las que más caracterizan al sector. (Cotizalia, agosto 2018).
La hostelería ha sido noticia antes y durante la pandemia, pero no es el sector más castigado
Fruterías, peluquerías, agricultores, camioneros…, la lista es larga. Pero si partimos de la base de que España es el país con mayor número de bares por habitante, es lógico que sean mayoritarios los negocios afectados.
Se leen noticias relacionadas con la salud mental y el hecho de no poder tomar unas cervezas en un bar, se relaciona con socializar. Pero, no todos los españoles optan por acudir a un bar para relacionarse con sus amistades. Existen alternativas como el deporte, o el senderismo o actividades que no pasan por pisar un bar.
Apostar por otro tipo de ocio, es la alternativa para algunos usuarios de bares
Sin embargo, sin agricultura, sin fruterías que distribuyan los alimentos, sin camioneros que las transporten no podemos sobrevivir. El ocio es algo relativo y subjetivo. Cada uno se divierte como puede y quiere. Al parecer, ahora la diversión es sinónimo de ir al bar. ¿Y qué ocurre con los gimnasios? ¿Las academias de baile?
«El hecho de que España se haya convertido en un referente mundial en gastronomía y restauración ha provocado que numerosos empresarios que no pertenecen a este mundo se lancen a este nicho de negocio sin conocer el sector y lo que es más importante, sin gustarles. Esto hace que los bares se desprofesionalicen.», estas palabras de Dani Carnero, chef malagueño sólo recogen el porqué de esa precariedad laboral en el sector.
Quizás, lo que haya llegado es el momento de apostar por dejar espacio a otro tipo de diversión. O al menos, no olvidar a todos esos profesionales que también lo están pasando mal, como las peluquerías que continúan con su 21% de IVA.
En España, el ocio no son sólo los bares. El modelo: turismo y restauración parece que está obligado a una profesionalización como antaño donde exista vocación y, sobre todo, pasión por el negocio emprendido.
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