Por qué no funcionaba el sistema de microembalses de Estancia La Florida

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Después de varios años de conocida la ineficiencia de las obras hídricas hechas en la Estancia La Florida, la Municipalidad de Colonia Caroya encaró trabajos en el sector para intentar recuperar las calles de la zona rural Norte.

En los últimos 15 años, los desagües pluviales de los barrios de Jesús María ubicados al Este de la Ruta Nacional 9 comenzaron a generar inconvenientes en los sectores “bajos”.

La calle Paso de los Andes acumula gran cantidad de agua que, en un principio, bajaba por la Calle 100 y 104, destruyendo las arterias de Los Chañares y Colonia Vicente Agüero.

Por gestiones del entonces  Jefe Comunal de “San Durí”, Jorge Visintín, se logró el permiso de los dueños de la Estancia La Florida para que destinen varias hectáreas a dos microembalses que retengan el agua dentro del predio privado y la vayan largando, moderadamente, para eliminar la posibilidad de erosión de la red vial caroyense.

El Ing. David Torre, encargado del proyecto provincial de construcción de lagunas de retardo en las cuencas hídricas del Norte, propuso la obra que se terminó ejecutando.

Toda el agua que capta una superficie de 150 Has -incluye los barrios Güemes, Latinoamérica, 17 de Octubre, Bulgheroni y parte de La Florida- se conduce hasta el frente del Cementerio Parque, ingresa a la Estancia, se represa en el primer microembalse, desagua moderadamente al segundo embalse y el caudal se distribuye entre las calles 100, 104 y 108 sin causar daños. 

Eso era lo ideal, pero no funcionó. Después de ocho años se intenta alcanzar  una solución.

Los tres errores.

Quienes estuvieron en la inauguración de los embalses de la Estancia se dieron cuenta que había errores, pero nadie se atrevió a cuestionarlos, pese a que se seguirían perjudicando, con el paso de los años, los mismos sectores de Colonia Caroya, Colonia Vicente Agüero y hasta Santa Teresa.

El agua no se embalsa por tres razones: se formó (o hicieron) un canal que conduce el agua directo a los tubos de salida en lugar de al centro de la chacra; los tubos son dos y tienen 1 m de diámetro (no tienen capacidad de retención); y  están colocados en la base de la laguna, razón por la cual el agua pasa derecho, sin freno y con velocidad por el desnivel.

Tampoco se hicieron las obras para que el segundo microembalse recepte parte del agua que larga la primera.

En consecuencia, lo que se construyó en la estancia fue más destructivo que aliviador.

La Calle 104 quedó inutilizada y terminó “sacrificada” para la conducción de todos los desagües pluviales de esa zona de Jesús María, ya que la obra en La Florida arroja todo el caudal a esa arteria. Eso llevó a que, tras grandes lluvias, se inunden el Jardín de Infantes y la escuela Domingo F. Sarmiento de Los Chañares, además de propiedades privadas.

Correcciones sobre lo hecho. 

Hace un par de semanas, las autoridades caroyenses se reunieron con los involucrados en la obra y decidieron encarar trabajos para “emparchar” los errores originales.

Dos motoniveladoras están haciendo un borde en medio de la chacra -de una fracción de 8 Has- para que el agua no vaya en forma directa hacia los caños del microembalse.

Las obras a realizar tienen como objetivo que el microembalse funcione como tal, modificando el curso de los desagües para que infiltren en ese campo y el excedente se libere lentamente.

La segunda “laguna” debería funcionar si la Municipalidad limpia más de 300 m de arbustos y logra conducir parte de los desagües a otro sector interno de La Florida, tarea que en nueve años no se hizo.

Fuente: Diario El Despertador.