Por qué la inteligencia emocional está tan valorada como competencia para lograr empleo

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Vivimos en un momento donde parece que las relaciones humanas son cada vez menos importantes. Nos relacionamos más a través de máquinas que con el tú a tú, también en los negocios, donde parece más fácil enviar un correo o un mensaje antes que levantar el teléfono para hablar con la otra persona. Sin embargo la inteligencia emocional se ha convertido en una competencia clave para lograr un buen empleo en la 4ª revolución industrial.

Porque es uno de los requisitos que nos ayudan a estar conectados con el resto del equipo, a empatizar con ellos, a comprender sus reacciones ante los cambios y facilitar la cooperación. Por eso en determinadas áreas se convierte en el pegamento que une a los equipos de trabajo.

Se trata de lograr los objetivos comunes que se ha marcado la empresa. El empleado que dispone de esta inteligencia emocional es capaz de adaptarse mejor a los cambios que van surgiendo en la empresa, pero a la vez convertirse en un embajador para ayudar a sus compañeros a adaptarse al mismo.

Además en el trato con el cliente, esta inteligencia emocional es fundamental para poder transmitir mejor que se comprenden sus necesidades y que estamos a su lado para ayudarle. Esa experiencia que se transmite al cliente se convierte en algo fundamental, especialmente cuando las cosas se tuercen, este trabajador es capaz de reconducir la situación de forma adecuada.

En un mundo donde lo que prima cada vez más parece que son valores que tienen que ver con la automatización, la inteligencia artificial o que no intervenga el factor humano para evitar errores, al menos es un alivio saber que todavía muchas empresas valoran de forma muy positiva esta inteligencia emocional para elegir a sus empleados.

Imagen | Tumisu

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