¿Por qué hemos no se deducen todo lo que les corresponde los autónomos en la RENTA?

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Con la declaración de la RENTA existe un problema habitual que implica que muchas de los conceptos que deberíamos deducirnos no se incluyen. Esto se puede deber a diferentes motivos, pero el resultado siempre es más o menos el mismo, toca pagar más o que nos devuelvan menos. Pero ¿por qué hemos no se deducen todo lo que les corresponde los autónomos en la RENTA?

La primera de las razones son los olvidos. Muchos autónomos no son todo lo rigurosos que deberían con el control de los gastos y los ingresos. Y en muchas ocasiones gastos deducibles que si se deberían incluir han quedado traspapelados en algún cajón de la oficina. Si se trata de una cantidad pequeña la mayoría lo dan por perdido y no presentan una complementaria.

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La segunda razón más habitual es el desconocimiento. No sabemos que algunos gastos o conceptos nos los podemos deducir y no se incluyen. Si además no nos hemos puesto en manos de un experto profesional que nos vaya repasando los conceptos deducibles más habituales que podrían entrar, si nos interesa más que sea individual o conjunta, muchas cantidades se pueden quedar en el olvido, desde seguros obligatorios a médicos o deducciones autonómicas que simplemente no hemos contemplado.

La tercera razón es la falta de claridad normativa. Esta para mi es la más grave, porque supone que una norma que debería poder aplicarse al final no se hace por un criterio demasiado estricto de la Agencia Tributaria. Sirva como ejemplo las dietas de los autónomos, que a pesar de estar perfectamente regulados cómo tenemos que deducirlas, muchos renuncian a hacerlo ante la imposibilidad de tener un dietarios que identifique el motivo de cada una a de ellas.

Por último el cuarto motivo es una falta de planificación fiscal. No solo se trata de saber qué podemos deducirnos, sino también de cuando hacerlo para que sea más favorable para nosotros. Saber si nos conviene invertir en algo que sea deducible antes acabar el ejercicio o si nos van a devolver con anterioridad que ya no tenga remedio.

La cuestión es que no todo el mundo puede ponerse en manos de un profesional experto, capaz de discutir de tú a tú con un inspector de Hacienda y hacerle torcer el brazo, ya sea porque no lo pueden pagar o no conocen al adecuado. Por eso la mayoría se conforma con que alguien que no cometa errores de bulto y tenga su confianza para mantener al día sus impuestos.