Al comprar las pechugas de pollo, pediremos que nos las abran en un único filete grande, o bien lo haremos nosotros con un poco de habilidad y un cuchillo afilado. Comenzamos picando la cebolla en juliana y pochándola un rato en la sartén a fuego lento, con un chorreón de aceite de oliva virgen extra. No buscamos que se dore, sino que quede blandita y transparente. Reservamos
Entre tanto trituramos los arándanos, frambuesas y demás frutos del bosque con la nata líquida, hasta obtener una crema no demasiado espesa. Una vez triturado, lo pasamos a un cazo, donde lo calentaremos y corregiremos de espesor, reduciendo al fuego o añadiendo más nata líquida si fuera necesario.
Picamos el pimiento en trozos pequeños y los salteamos en la sartén donde hemos pochado la cebolla, y sin llegar a dorarlos, los sacamos también del fuego. Extendemos un filete de pollo, y en un extremo ponemos una cucharada de nuestra cebolla pochada extendiéndola formando una fila y al lado colocamos otra de pimiento, enrollando el filete a continuación y dejando recompuesta la pechuga.
Bridamos la pechuga con hilo de cocina, para que mantenga su forma, y repetimos la operación con el resto de pechugas. Las sazonamos por fuera, y tras dorarlas el exterior en la sartén, las colocamos sobre un plato apto para la cocción en horno microondas, donde las cocinaremos durante 2 minutos a 900W, les daremos la vuelta y las coceremos otros 2 minutos más a la misma potencia.