Pechugas de pollo a la sidra glaseadas con zanahoria: receta para comer o cenar bien sin complicaciones

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Mezclar la sidra con una cucharadita de sal en un recipiente hondo. Añadir las especias. Secar las pechugas con papel de cocina, limpiar de posibles excesos de grasa y sumergir en la sidra. Hay que procurar que queden cubiertas. Si nos quedamos sin más sidra, podemos completar con un poco de cerveza, zumo de piña o agua.

Tapar con film y llevar a la nevera. Dejar reposar como mínimo dos horas, mejor sin son cuatro, o un par más. Se pueden dejar toda la noche sin son pechugas frescas. Sacar de la nevera un rato antes de cocinarlas para que se atemperen un poco.

Escurrir y secar ligeramente las pechugas, reservando el líquido, y salpimentarlas. Calentar a fuego medio-fuerte una buena sartén de hierro -mejor si no es antiadherente- y poner la carne. Dorar por ambas caras a fuego fuerte.

Pechuga Pollo Sidra Pasos

Pechuga Pollo Sidra Pasos

Mientras, lavar y pelar las zanahorias y cortar en bastones de algo menos de un dedo de grosor. Salpimentar y precalentar el horno a 200ºC. Regar el pollo ya dorado con un buen chorro de la sidra, cocinándolo unos 5 minutos más por cada lado. Retirar, añadir la miel y echar las zanahorias, salteándolas a fuego fuerte uno o dos minutos.

Volver a disponer el pollo encima y hornear hasta que esté cocido por dentro, unos 10 minutos (o usar un termómetro de carnes). Si quedara poco líquido en la sartén, añadir un poco más de la sidra reservada antes de llevar al horno. Regar la carne con los jugos de la sartén a media cocción y antes de servir.

Otra opción es evitar el horno cociendo al final las pechugas con toda la sidra reservada, retirándolas una vez listas por dentro para que el líquido reduzca y cociendo las zanahorias en él, con la miel. El líquido final se reduce para glasear una última vez la carne antes de servir.